miércoles, 31 de julio de 2024

¡Vamos a plantar un amor verdadero!

Hoy quiero recordarte mujer, que si vas a estar conmigo, me gustaría saber, ¿Por qué te sorprendes? Si tú sabes que yo ya tengo un camino definido, ¿Por qué no quieres lucir el vestido de fiesta? De una buena vez te digo, ¡Vamos a sembrar un propósito! No obstante, ahora que lo pienso, si tú vas a querer vivir conmigo, debes de saber que yo de la guerra he venido. No pretendas entonces, mostrarme que eres más fuerte, porque yo si te amaré hasta la muerte... Entonces, ¡Vamos a regar un deseo!

Si piensas que tú ya has conocido las siete maravillas del mundo, ¿Te olvidas acaso que yo he conocido mucho más lugares que tú? Porque me doy cuenta, que no son solo las grandes ideas que me propones, ¡Son las reales intenciones que tú ahora me escondes! Pues mira, ¡Vamos a esparcir sabiduría!

Pero si pretendes hoy que yo te ame en serio como me estás pidiendo, será sensato de tu parte en este momento, que comiences a decirme la verdad. Yo quiero escuchar que me aceptes como soy, yo no quiero escuchar de ti una sola queja ni que me digas jamás que no eres mi princesa. Te advierto: Ya estoy cansado de tanto y tanto lloriqueo, de reclamos a un desamor, que yo no veo… Así que, ¡Vamos a plantar un amor verdadero!

Roque Puell López Lavalle

El señor payaso

Los ojos son muy vivaces y son de muchos colores cuando es el cabello es ensortijado o liso ¡Qué importa la manera! Las carcajadas, las risas aflautadas, la mirada curiosa más que gozosa, se afianza con la mirada triste y fastuosa así como la voz de urgencia se cambia por la típica grosera.  Pero en tanto en tanto, eso lo vemos y siempre lo vivimos. 

Así es la vida, es el dolor y la felicidad del tiempo. Mejor se lleva la dignidad pero se esconde, el amor es el mismo y el desamor siempre se impone. La conciencia ahora está callada pero él entre todas las piruetas, la vive y la manifiesta. Por eso ríe pero sufre por dentro y tal vez, no la podría extraña mañana.

Rojo, verde, amarillo, azul, blanco, añil, allí se escribe una historia. Aquí nace y por eso nos hace reír para olvidar los orgullos pero también nos confronta a muchas verdades. Eso es saber llorar por dentro y volver otra vez a empezar. 

Un día yo estaba triste y sin embargo, tuve que reír escuchando su extraña historia. Pero eso no le importaba porque no le hacía mella realmente nada. Buscaba la paz para nosotros y así exagerada la presentaba como también la defendía pese a las penas que llevaba a cuestas. Era entonces arrancar de cuajo, una sonrisa mía...

¿Cómo se hace llamar? ¿Cuál es su gracia? No hace falta ahora saberlo. No es un charlatán de cuentos, tampoco él es un pelmazo. Es el consuelo para algunos y risotadas para los niños. Es un caballero para otros, un tipazo para unos pocos. Más haciéndole una merecida justicia te respondo: Él es mis queridos amigos: El señor payaso...

Roque Puell López Lavalle


El tomate


¡Qué feliz estaba el tomate en la hacienda! ¡Colgado estaba él en una rama cantando como todo un artista! No había rayo, comba ni nada que lo entristeciera porque la vida le parecía corta y por ello el jolgorio, las risas, los parabienes e imcluso,  las buenas amistades

Sin embargo, un día apareció una plaga misteriosa que a todos sorprendió pero a los demás, la pelona se los llevó consigo. Más la indigna, cortó al cantante en dos mitades dejándole solamente sus hojas y sus tres semillas: Una de ellas lo vio y por costumbre, solo cumplió su papel, la segunda le dio la bienvenida y la otra, ⁿlo ignoró completamente...

Así pues, corrieron los días, las semanas y los meses quedando el tomate muy desconcertado.  Solitario se quedó en el Hospital por los pesares que las malas intenciones lo habían postrado. Pensativo inquirió sobre la vida y la muerte, se preguntó el cómo es que dos se fueron sin pena y sin gloria de este mundo cuando no fueron los convidados a una cena final. Otros reían nerviosos por no saber lo que podría acontecerles o quizá lloraban ellos por su propia ingenuidad. ¡Qué momentos!

Y al parecer, mientras él experimentaba estas cosas, ¡Los otros tomates dizque amigos, ni se enteraron de su mal! Ninguno pues lo visitó como estaba pero algún perdido lo contempló verde, oscuro y pálido a comparación de lo rojizo que se veía en el verano...

Entonces, Dios se acordó de él y le plació infundirle aliento nuevamente cuando estaba casi muerto y sin coloración. Pasando malos momentos y luego de despertar de un mal sueño, el tomate brilló nuevamente en cuerpo y alma entendiendo así su prometedor destino. Todo era tan diferente y lo que entendió fue descubrir el gran propósito para su vida porque él sabía que en poco tiempo iba a mejorar. Después de renegar, fue más amable con todos. ¡Qué temperamento!

Fue en esas circunstancias que exclamó:⁹

                 “No importa lo que pasó en ese momento, esta vez me tocó a mí. Mañana le tocará el turno a la semilla y finalmente, a la plaga que no tuvo corazón ni medida”.

Habiendo dicho eso, cerró súbitamente 

sus ojos y los doctores allí reunidos pearon que el tomate había muerto. No obstante, ¡Oh sorpresa!  Los pudo abrir pestañeando nuevamente para la emoción de todos los que estaban presentes.

Sólo que esta oportunidad, el cantor apareció, mucho más bello y fornido...

Roque Puell López Lavalle

Escucha: https://www.youtube.com/watch?v=3r99DIRPE2s


El carrito


Como si fuera un niño mal humorado se encuentra el personaje más elocuente, pedante y dislocado de mi barrio. ¿Algo tan extraño podría ahora acontecer? Cabello cano, mirada enojada, nerviosa y aguda en ocasiones para entender a las sorpresas, hoy se encuentra cavilando el fosforito. Si, aquél de delgada figura quijotesca que busca siempre el cómo puede su vida sustentar.

Barrunto que lo vio nacer hace más de no sé cuántas calles, recorre mi amigo la vida viviendo como quiere y como puede, morando y peleando al fondo del boulevard. No se explica la tremenda paciencia o el heroísmo de sus vecinos en poderlo tolerar. Unos días ríe, otros días es un caballero, otros momentos pareciera que ha venido de la corte celestial pero no se entiende entonces, por qué casi siempre se encuentra de mal humor.

Es mentiroso compulsivo y a veces muy sensible, ¿Por qué vive en lugares modestos cuando parece haber venido de sonados apellidos? Quizá fueron las injusticias de la vida o las costumbres alegres del peregrino para no quedarse en el concierto de esta sociedad pacata. No bastaba con lo fantasioso de sus conversaciones porque muestra también modales refinados y un dizque paladar exquisito.

No obstante, él es un manojo diverso de contradicciones, algunas veces está amigable y otras veces está en el llano pero creo que no lo persigue ni aun el espíritu del mal. Pero lo que no se puede aceptar, es que una vez le prestó su carrito de juguete a un amigo y juntos lo hacían correr por varios días, pero un buen día se lo dejó para que la cosa esa se arreglara y funcionara mejor porque se mostraba con problemas.

Cuando el susodicho carrito no quiso caminar por viejo y engreído, el cano de mala leche pensó que su compañero algo le había sustraído. ¡Mi carrito! ¡Mi carrito! ¿Qué le has hecho a mi carrito? ¡Ayer te lo dejé bueno, ahora está enfermito! Vana fue la explicación, veraz y pausada, quizás alturada pero sin mentiras demostrada. ¡Mi carrito! ¡Mi carrito! Volvió a insistir, ¡Me lo llevo para cuidarlo, me lo guardo para que esté sanito! De nada valió entonces lo explicado, pues el famoso "carrito" se fue a sus manos sin estar tan arruinado.

Ese era el motivo. No consideró que su amigo lo pintó, no valió que el bólido corriera mejor que antes en la competencia, tampoco era buena la limpieza que le había prodigado. ¿Entonces? No pues, todos éramos culpables de la enfermedad terminal supuesta del juguete; pues era tan antiguo y descalabrado como el dueño mal intencionado.

Así las cosas, se fue muy resentido el innombrable. Así quedó con los crespos hechos, el extrañado compañero. "Para eso perdí mi tiempo, para eso lo ayudé, para después ser culpable de un juicio sin sentido", - pensó. Pobre el "Ferrari", en qué habrá de terminar... ¿Qué culpa tiene en tener un dueño tan injusto?

Resulta interesante que juzgar a todos con la misma vara es vivir sin pensar. En esta vida, defender lo indefendible es convertirse en ser contumaz, pero vivir creyendo que todos son los únicos culpables de mi desgracia y que todos siempre me desean calamidades, eso señores, eso sí es infernal...

Roque Puell López Lavalle

martes, 23 de julio de 2024

El mal querido


Soy ahora como me dicen en las tertulias, el mal querido. Todos me conocen, ninguno me pregunta, ni a mí me importa que yo sin ambages, me muestre auténtico y sin ningún disfraz. ¿Será porque mi vida cotidiana es un embuste? No. Los días nublados y los días fríos del invierno, amanecen sin tardar. Pero el vivir de la centella, ya no me estremece porque sonríe en las mañanas con el viento, vaga por las tardes hasta ponerse de colores y en las noches se pierde en el deleite de los juegos del impertérrito apostador. No obstante, no se percató de su destino ni de su talento cantor, porque se perdió entre las dudas de su noble razón...

No comprendí así, sus pensamientos ni su extraño corazón, pero tampoco siento el mío porque mi ser distraído, duerme y se despierta muy preocupado. Tal vez acariciado por mis sábanas frías o quizás porque olvidando sin querer a mis cuartillas perdidas, ya no pude ni soñar. Aún así creo todavía, que todos mis amigos saben que soy el mal querido, por ser auténtico y sin ningún disfraz. 

Esperanzado hoy; diligentemente recurro al Dios del cielo, más yo no sé si me escuchará. ¿Estará ausente de mis muchas palabras? Lo dudo, porque hasta este momento, mi vida es un embuste y mi protesta, es una realidad...

Roque Puell López - Lavalle


Entre tanto

            A otra tumba llevas las flores recién cortadas, hija de las circunstancias, a otros duendecillos compartirás el aroma de tus des...