martes, 23 de julio de 2024

El mal querido


Soy ahora como me dicen en las tertulias, el mal querido. Todos me conocen, ninguno me pregunta, ni a mí me importa que yo sin ambages, me muestre auténtico y sin ningún disfraz. ¿Será porque mi vida cotidiana es un embuste? No. Los días nublados y los días fríos del invierno, amanecen sin tardar. Pero el vivir de la centella, ya no me estremece porque sonríe en las mañanas con el viento, vaga por las tardes hasta ponerse de colores y en las noches se pierde en el deleite de los juegos del impertérrito apostador. No obstante, no se percató de su destino ni de su talento cantor, porque se perdió entre las dudas de su noble razón...

No comprendí así, sus pensamientos ni su extraño corazón, pero tampoco siento el mío porque mi ser distraído, duerme y se despierta muy preocupado. Tal vez acariciado por mis sábanas frías o quizás porque olvidando sin querer a mis cuartillas perdidas, ya no pude ni soñar. Aún así creo todavía, que todos mis amigos saben que soy el mal querido, por ser auténtico y sin ningún disfraz. 

Esperanzado hoy; diligentemente recurro al Dios del cielo, más yo no sé si me escuchará. ¿Estará ausente de mis muchas palabras? Lo dudo, porque hasta este momento, mi vida es un embuste y mi protesta, es una realidad...

Roque Puell López - Lavalle


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