jueves, 29 de febrero de 2024

El amigo traidor

                                                                        I

Las mismas calles solas, las mismas casas viejas y polvorientas, las continuas tardes frías por el mar inquieto y el oleaje brío. Nace la silueta borrosa e imaginaria de un amor que se anhela más ahora desaparece en el umbral del sueño cuando se está despierto, pero aun así fueron quedando las manos vacías para no guardarlas en el alma.

                                                                        II

En las pálidas noches de calor ardiente, medita el tiempo y sin querer apareció de la nada, el pasado quejoso y olvidado. Enojos fueron los que acudieron sin que decir de su reflejo y de un silencio absoluto como los ojos indiferentes de quien no querían mirar al fantasma que todavía vive y respira. ¿Qué diría indolente y furioso el mar embravecido por el viento atrevido?¿Qué respondería el indigno desprecio del que ahora dice olvidar?¿Y qué dirían los años de la voluntaria lejanía y la contienda atrevida? Nada, el silencio no tiene nombre, las palabras sobran hoy sin valía y sin sustento, ¿Serán entonces las noches oscuras que fueron experimentadas por el osado peregrino? Solo Dios lo sabe.

                                                                        III

Pero si tuvieran que hablar las idas vanidades de los magnos culpables, poco o mucho se diría entre las miradas del brioso guerrero con las abrumadoras gracias de una niña mora tan despierta y temerosa, que no sabía mentir. Era inútil lo que dijeran hoy las pupilas del recuerdo, pero era posible si se hubiera cumplido la promesa sin romperla.

                                                                        V

Sin duda, algo si era cierto después de tantos ambages y desenlaces… Era la figura extraña que apareció entre la duda falsa y la ausencia, aquél que cambió las estrellas del cielo y las esperanzas de un idilio. Fue el que no conoció el camino recto y la lealtad de un Mesías. Alguien que no fue sincero en las luchas y el dolor reflejado en la pérdida de su propia dicha. Era el perfil de un mundano, era la voz elocuente y fanfarrona  sí, era clara el habla envidiosa... del amigo traidor...

Roque Puell López Lavalle

 

miércoles, 28 de febrero de 2024

Pluma blanca

Era la “escogida de los dioses” según la tradición de los sioux en los territorios de las montañas rocallosas del norte de la América circundado por los ríos y los lagos que hacían una tierra muy especial. Era ella de cabellos entrelazados que se perdía en los laberintos de la informalidad, siendo tan ensortijado y abundante que su rostro reflejaba un espíritu de guerrera a pesar de mostrarse una niña reflexiva y tímida. Era la única que no había nacido con el cabello tan liso y brillante como la mayoría de niñas de la tribu. Su tez clara y de color capulí la hacía distinta pero sus ojos color caramelo presumían una profundidad misteriosa. Sin embargo, nadie podía adivinar de quien podría tratarse porque mostraba rasgos de ser una niña retraída y poco sociable.

Sus padres orgullosos presentían al verla tan distinta a las demás, como alguien que daría que hablar a las generaciones futuras al poder recordarla por su forma tan peculiar. Era la menor de cuatro hermanos formados en el arte de la guerra y en el liderazgo de la tribu. Ninguno como ellos porque destacaban en sus habilidades como líderes en las distintas actividades de la comunidad inclusive en el arte de las confrontaciones con otros pueblos que casi a menudo se daban por esos tiempos. Sin embargo, Pluma blanca había pasado una niñez feliz y ahora como joven madre disfrutaba mucho de sus pequeños hijos que “espíritu silencioso” su esposo, le había dado.

Ella había pensado recolectar los frutos de la última cosecha y repartirlos entre las viudas y entre los más necesitados. Pero un personaje llamado “nube gris” después de haberle ofrecido ayuda, comenzó a desautorizar su nombre e incluso a poner en duda sus buenas intenciones. 

Felizmente Pluma blanca era sagaz e inteligente y rápidamente se dio cuenta de la trampa que le quería tender este turbio personaje. Así que con la ayuda de colaboradores pudo por fin desbaratar los planes de “nueve gris” y de su cómplice el “zorro perdido”. Todo este ardid de deslealtad; llegó a los oídos del Jefe de la tribu que conociendo la fama de Pluma blanca, decidió apoyarla ampliamente. Enviando al destierro a estos siniestros personajes, se acabaron para siempre las intrigas y las injustas rebeliones.

Todos los hombres y mujeres recibieron con alegría la decisión del Jefe, muchas celebraciones se hicieron en honor de Pluma blanca y su familia que también se vio favorecida por el homenaje y la firmeza del carácter de Pluma blanca. Acabado entonces los momentos difíciles, Pluma blanca pudo cumplir su cometido y así todos prosperaron prosperó durante largos años...

Roque Puell López Lavalle

sábado, 17 de febrero de 2024

Mi camino

Mi camino es de todos y de ninguno, entre las piedras de la vida y los cielos del ensueño. No parece haber la diferencia entre ellos pero se hace sendero al andar y es seguro que lo haremos. .

La soledad del tiempo, su búsqueda, aquello que se fue y que no fue tuyo, se pierde en una pesadilla que no se quiere recordar. Pero llegaría algo bueno ¿Cuánto habría que esperar y cuándo se debería de amar? Y si así fuera el momento no esperando, se cumpliría el rechazo de quienes no supieron valorarlo.

Aunque no lo entendamos, iremos por el arrancar a la vida el saber de continuar intentado. Una nueva historia no tardará en abrirse entre los años que pasan, en las congojas del pasado y lo que se transmite en los actos y en los pensamientos no importando en ese momento, el precio que se tenga que pagar.

No en balde luchamos y quién sabe lo aceptamos para enrumbar el instante de sentirse libre y continuar así sin barreras para terminar innecesariamente en los ingentes brazos de la desdicha más estruendosa. Pero eso solo lo entenderían las emociones quedas y cobardes por el temor de terminar en un avisado fracaso.

Pero usos son de la guerra vencer y ser vencidos, por eso hay que continuar y lo que no esperábamos se cristalizará si tenemos el corazón limpio, libre y consecuente en las luchas que vienen y así no conoceremos más la derrota. Sería entonces el comienzo de vivir plenamente o morir en el intento...

Roque Puell López Lavalle


sábado, 3 de febrero de 2024

Atardecer


Una luz que muere sobre la inmensidad de las interminables olas y una ilusión que amanece en lo eriazo de mis profundos sentimientos, me quitan la paz. Será porque mi pequeño barquichuelo zozobra en las aguas cristalinas que no conoce y es despreciado por el amor que quiso brindar, no lo sé. Tal vez en el mañana, en los vastos océanos del mundo, entre los montes Urales o en los mares bálticos del olvido, se encuentre el espírtu bello, solitario e ignorante de un mundo del odio y de las batallas de la indiferencia, que el mundo no se cansa de impartirla.

Los fulgores de la tarde, los colores brillantes se opacan por la costumbre, porque no tienen quien los encienda, quien los contemple en el vasto firmamento entonces decae su semblante porque el bucólico mensaje ya no los apasiona, entonces, mueren lánguidos entre las fauces del olvido que poco a poco consumen su existencia muriendo irremisiblemente. ¿Será así el destino de toda las expresiones? ¿Será que tal vez es el castigo impuesto a la vivencia de mil colores o será tal vez la ley de la naturaleza, el nacer y el morir sin ninguna conmiseración?

Todo lo puedo observar solo con la mirada, con mis pupilas ávidas de ver el nacimiento de la esperanza, acaso ella convenza a todos que deberían cambiar y que habría de estar pendiente el Ser que me escucha para darme respuestas que anhela mi naturaleza sombría. Mi interior sabe que alguna vez tendré consuelo pero la calidez de la tarde, la figura de la luna a lo lejos en el cielo azul que me dice que no estoy solo, que de alguna manera fui escuchado y que solo el canto de las aves me darán la buena nueva. Entonces para qué pensar, ¿Para qué ver las nubes negras que se asoman si veré mañana el sol que nuevamente brillará?

Y en tanto mi existir, renacen los deseos de lo que es diferente y lo que están envuelto en un misterio de pasiones. Mi corazón atolondrado verá como llega a quien quiero despojar el vestido de la cobardía. Que me muestre si su corazón late en el sentido de la vida, en la pasión del amor y que no muere por más tristeza que le embargue y sin más remedio que su propia melancolía. Entonces reiré feliz si la luz entró en su ser mundano, hambriento de cambios y sentimientos de fantasías profanas. Volaremos con rumbo a las cálidas costas del mar, nadaremos hacia sus profundidades para encontrar sus tesoros gozando así de su inmensa calma.

El atardecer ya se muestras frío, solo se escucha el graznar de las aves, tal vez sea solo el sentimiento del dormitar soñando en un mundo mágico de alegrías vívidas y fuertes, que no cambian para al fin descansar en los brazos del eterno renacer que nunca acaba

Roque Puell López Lavalle

jueves, 1 de febrero de 2024

Pensando en voz alta

Hay quienes dicen ser tus amigos y no lo demuestran, a viva voz lo pregonan y tú les crees. Ha pasado el tiempo, te convences pero no es posible porque los conoces de qué pie cojean. Sin embargo, las esperas son entonces muy ufanas y al final, todo es lo mismo porque te cambian por un gesto mal intencionado.

Pero algunos son poetas y no se dan cuenta, algunos ríen sin embargo, otros lloran. Hay quienes aman más prefieren guardarlo en su seno, Todavía esperarías ansioso y al final quedaste solo  porque no fueron leales ni esperaron tu valiosa respuesta.

Vicisitudes de la vida, quién las pudiera evitar pero más vale hacerle frente que volver la espalda y no mirar atrás. A Ernesto le pasó lo mismo por desconfiado y descuidado, más creyendo que él siempre tenía la razón, perdió la soga, la cabra más un tanto de su propio corazón. Cosas que no sabemos y situaciones que mayormente, no resolvemos. No por mucho madrugar se amanece más temprano pero en el otoño de la vida, la paz, el compañerismo, como el amor, son los ingredientes de una vida bendecida. Así lo dijo el santón del templo y de tanto meditar, se quedó tan solo como un hurón, sin casa y sin un mísero pantalón...

Roque Puell López Lavalle


Y llegará el tiempo

Y llegará el tiempo cuando estemos juntos alguna vez, en una ciudad cualquiera, en un bar, en un día acordado pero en un mundo aparte para p...