Hay quienes dicen ser tus amigos y no lo demuestran, a viva voz lo pregonan y tú les crees. Ha pasado el tiempo, te convences pero no es posible porque los conoces de qué pie cojean. Sin embargo, las esperas son entonces muy ufanas y al final, todo es lo mismo porque te cambian por un gesto mal intencionado.
Pero algunos son poetas y no se dan cuenta, algunos ríen sin embargo, otros lloran. Hay quienes aman más prefieren guardarlo en su seno, Todavía esperarías ansioso y al final quedaste solo porque no fueron leales ni esperaron tu valiosa respuesta.
Vicisitudes de la vida, quién las pudiera evitar pero más vale hacerle frente que volver la espalda y no mirar atrás. A Ernesto le pasó lo mismo por desconfiado y descuidado, más creyendo que él siempre tenía la razón, perdió la soga, la cabra más un tanto de su propio corazón. Cosas que no sabemos y situaciones que mayormente, no resolvemos. No por mucho madrugar se amanece más temprano pero en el otoño de la vida, la paz, el compañerismo, como el amor, son los ingredientes de una vida bendecida. Así lo dijo el santón del templo y de tanto meditar, se quedó tan solo como un hurón, sin casa y sin un mísero pantalón...
Roque Puell López Lavalle
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