sábado, 30 de diciembre de 2023

La mirada de Clarisa

El peregrino fue a trabajar en las caballerizas de una hacienda referida por un gamonal en los valles profundos de la sierra donde quizá la naturaleza se perdía entre los árboles frondosos, los interminables sembríos y las lagos azules de la cadena montañosa. Venía de los pueblos continuos quizá rendido por las mismas costumbres y charadas que a fin de cuentas, él no se acostumbraba.

Después de presentarse al dueño y saber de lo que tenía que hacer, conoció a la familia numerosa del tal personaje, incluso a una de aquellas sobrinas que estaba de paso por aquella estancia. Ella era Clarisa, de garbosa figura y sencillez de la mirada. Él se quedó sorprendido por ella, no entendía el por qué debiera estar allí cuando su presencia no parecía coincidir con su ingenua personalidad.

Sin embargo, la mirada de Clarisa le decía mucho al peregrino que sus palabras no las podía pronunciar. Su pensamiento anhelaba lo que sentía y su silencio prefería no decirle nada y era mejor que ella no le sugiriera preguntar. A decir verdad, ella intuía el lenguaje extraño de su corazón aunque no lo conocía. Pero pasó el tiempo y el contrato del peregrino estaba pronto a expirar y él no pudo entablar una conversación real con Clarisa. Solo se vieron muchas veces pero ninguno de los dos se atrevió a dar el primer paso.

Sus ojos se lo dijeron, ella no necesitó confirmar la verdad pero tampoco sabía quién era realmente. Era ella como una poesía que se hizo canción, un llamado del lejano corazón de él hacia el de ella pero eso significó que ella nunca lo pudo escuchar. Así las cosas, él se llenó de pena y ella buscó una señal para poder hablarle y confesarle su amor, pero él solo se conformó con su recuerdo para no olvidarla.

El peregrino se marchó al día siguiente sin decir nada envuelto en una capa que fungía de un ser misterioso sabiendo que era inútil su frustrado amor porque sabía que era vano ser encontrado en su pasado porque él vivía en la soledad más grande y en el anhelo de encontrar un cariño sincero. Solo que sus palabras y su voluntad, no tuvieron el valor de demostrarlo. Clarisa por su parte, lo lloró cuando supo que se marchó y pasó mucho tiempo para poder olvidarlo.

Roque Puell López Lavalle






¿Por qué somos así?

                                   

Ayer te vi de lejos en la portada del campo travieso,

en el ocaso de la tarde o el del día, no lo recuerdo

pero te escogí entre los jardines que me daba la mañana,

y entre todas las flores que adornaba la frondosa enramada

tú eras mi flor delicada...

…..

Te encontrabas lozana y fresca sonriendo siempre de amores

en el aroma de las siembras, en el color de los abedules

pero apareciendo también en el sonido de las aves que trinan

y a veces me pregunto mujer de tanto en tanto,

¿Por qué no perfumas mi vida?

…..

Mi existencia está vacía, sintiendo que mi corazón sobrevive

y tan solo con verte, él no quiere más calor que lastima

porque tu semblante, supera mi dolor

y al verte tan llena de sueños y esperanzas ciertas

¡Me inspiras a quererte aunque sea por mis tormentas!

…..

¿Por qué anhelo que no te vayas de mi lado? ¿Por qué?

por ser dos almas silvestres en el amor y el cielo

por creer en la libertad y nunca en los cuentos

y así seríamos felices, cuando se cumpla el sueño

…..

No calles ahora porque sé que tú me quieres junto a ti...

no renuncio a vivir contigo en el secreto de la montaña

ven, tú me quieres ahora, ¡No seas huraña!

que aunque ya no me sonrías y perfumes mi vida,

¡Mis secretos siempre serán tuyos por vez primera!

viernes, 29 de diciembre de 2023

Brigitte

 
En el siglo pasado a la sazón; la ciudad de París, Francia Federico Dujardin era el Ejecutivo de Compras en una importante firma para la elaboración de pertrechos en la maquinaria militar para su modernización y efectividad. Se convirtió este avance en una prioridad del Estado porque se recibían noticias recientes de una posible conflagración mundial. Falsas o no las noticias, lo real era que la sociedad parisina, engreída y despreocupada en ese entonces, no podía sospechar absolutamente nada de lo que le vendría después.

Pero al Federico indiferente, tampoco le faltó el gran encuentro con uno de sus mejores amigos cuando era un muchacho de dieciocho años. Era el siciliano Robertino, aquél mediterráneo, de cabellera ensortijada, ojos negros y cansados que estaba afincado en la capital. Paternal, directo, sincero y hablar diplomático – algo que a Federico lo sacaba de sus casillas - le comunicó que una gran reunión se llevaría a cabo en la Fábrica de Producción aprovechando el Aniversario de su creación.

Federico aceptó con mucho gusto y pensó que ya su semana estaba completa y se puso sus mejores galas. Apenas habían entrado, el humo de los cigarrillos, denotaba pesadez n el ambiente. La música delataba las risas alegres acompañados de los brindis continuos de los miembros del Directorio. Más Federico no se dejaba impresionar por tanta hipocresía junta porque para él era importante la palabra dada con verdad y compromiso, siendo un convencido de la honestidad y transparencia de sus colegas empresarios. Robertino ya lo conocía, estaba convencido que su amigo, aunque muy amante de las fiestas y parabienes, escondía dentro de sí una sagacidad en el corazón.

No obstante, alegraban la noche los ojos y las emociones de las damas presentes. Robertino le había alcanzado una copa de champagne por decir lo menos a su amigo cuando este se quedó prendado de una bella mujer. Ojos bellos, corsé definido, con un cigarrillo largo entre su dedos para llamar la atención por el tal “atrevimiento”. Federico se dio cuenta que era correspondido casi inmediatamente acercándose tímidamente pero con decisión a la dama que a sus ojos le significaba un misterio que tenía a todas luces, tener que resolverse. Pronto entonces, luego de presentarse, ambos se embarcaron en una charla amena muy grande. Ella sintió lo mismo pero inteligente, recatada por su condición de mujer, mostró un interés tal vez con una escondida admiración.

Federico, reparó en ello y su corazón también sumaba latidos fuertes pero por la etiqueta y los modales, pactaron para un encuentro próximo por el las orillas del río en una tarde que sería inolvidable. Federico llegó a su casa emocionado. Durmió pensando en la siguiente semana como si fuera el día de la patria y solo faltarían los fuegos artificiales. Pero, el gran encuentro no pudo darse. Federico tenía que cumplir un viaje urgente al interior pues la Gerencia lo había designado. Enojado y confundido, gritó con impaciencia para sus adentros por esta ingrata situación. Recordó preocupado a Brigitte y quiso avisarle pero no pudo hallarla. Pensó en su amigo pero él también tenía que cumplir una comisión importante. Resignado entonces, se fue a la estación del tren yéndose cabizbajo y triste a la diligencia que tendría que cumplir.

Le pareció una eternidad. Después de una semana, Federico se encontró sorpresivamente con Robertino:

"¡¡Robertino!! ¡¡La suerte me ha sido propicia!! ¡¡Te he encontrado!!"

Hola -le dijo fríamente-

"¡¡Ha pasado tan solo una semana y no he podido ubicar a Brigitte!! ¿¿Me puedes decir que ha pasado con ella?? No responde a mis llamadas y mis encargos…"

Veo sorprendido que no te has enterado Federico... ¿Cómo podrías saberlo?

"¿¿Qué ha sucedido amigo??" Preguntó Federico con semblante sorprendido…

Brigitte murió el jueves pasado. El conductor de una calesa al parecer no la vio y no pudiendo controlar el armatoste se fue contra ella y también hacia su pequeño hermano Pierre. Ella dejó esta vida instantáneamente pero Pierre quedó muy grave en el Hospital. Lo siento.

Federico desencajado por la noticia, solo atinó a escucharlo pensando el por qué la vida se había ensañado contra ella, siendo tan joven y bonita. Un gran desasosiego embargó su corazón. Pensaba lo peor, no lo podía creer. No podría cambiar las circunstancias porque la muerte ya había cumplido su misión. Federico entonces, lloró amargamente... Robertino, observándolo, conmovido y lleno de pesar, se adelantó hacia él y le dijo éstas cortas palabras: "Ce la vie André", "Ce la vie" y terminó yéndose por la calle principal…

La frialdad de la noche, acompañada de un frío interminable habría acabado con la vida de Federico si este no se habría serenado a pesar que la desesperación y el llanto lo habían tomado en el momento más difícil de su vida. Él desapareció sin dejar rastro salvo por una vez que Robertino se había enterado que había quedado lisiado en un accidente pero que nadie sabía dónde lo habrían atendido y ni conocían tampoco su paradero

Roque Puell López Lavalle


viernes, 22 de diciembre de 2023

Te he dejado de amar


Extraño hablarte ahora pero tampoco te puedo bajar del cielo, entretenida vivirás de tus afanes y tal vez de tus conciertos, tanto así que el tiempo no podría convencerte que mi vida agoniza en el páramo misterioso que me agobia cada día. Menos aún decirle al viento, que me permita meditar en ti.  

Tiempos hace que te marchaste a pesar de mis oraciones, ellas fueron las que me dieron respuestas en el silencio de la noche.  Enojado me sentí al no poder arrancarte de mi conciencia, más ella me hizo recordar que tu vida se hallaba escondida...

Me prometí no buscarte nunca más ni llamarte por asuntos del desamor y orgullo,  pues tus sombras se mimetizaron en la densa neblina que miraba y por el abandono manifiesto, ese día no quise escuchar más las mentiras que inventarías seguramente por tu anunciada lejanía…

Sin embargo, la vida continúa volviendo pronto los anhelos y los momentos, porque el desierto que vivimos en silencio es más seguro cuando lo sentimos juntos. Más la rosa con espinas que lastiman mis dedos, también me hace saber que estoy solo en este mundo. Infeliz por tu indiferencia, sabiendo que nunca habrás de cambiar…

Entonces ahora, el momento del atardecer ha terminado, el nuevo amanecer se fue porque el corazón impetuoso dejó de sentir al verbo amar y seguramente, ya murió. Solo quedaron las intenciones, tan lejos como el sol, pero tan cerca como el mar que me recordaba tus palabras encendidas. Él que fue mudo testigo de mi vida, y el que me confesó a sabiendas mías, ¡Que yo, te he había dejado de amar!

Roque Puell López Lavalle

Click: https://www.youtube.com/watch?v=OoTqI2RxYGg

domingo, 10 de diciembre de 2023

Endechas

Endechas por la niñez inocente y también por nuestros juegos alocados o inventados. Eran los que ahora no se han descubierto todavía. ¿Acaso pensábamos en ese tiempo vivir eternamente? No porque se presentó para algunos, la muerte muda e insolente.

Endechas por la niña púber y esplendorosa, porque los latidos de nuestro corazón nunca se atrevieron a confesar los sentimientos más puros e importantes. Seguramente sería por no esperar las desilusiones de una respuesta que nos cambiarían nuestra vida de gigantes.

Endechas por la juventud perdida, barnizadas prolijas de un carpintero que quizás conocías como el más competente. Ibas cambiando poco a poco por la madurez que se hacía vívida frente a ti y por los apapachos tiernos de tu madre ausente.

Endechas de los hijos bien portados y primaverales donde éramos los héroes de lo imposible en los sueños propios de un infante. Pero ellos crecieron como el árbol frondoso, enormemente bello, más luego se volvieron orgullosos olvidando así, quién les regaló los chocolates.

Endechas por lo que perdiste y por lo que lograste. A veces, más pudieron los orgullos y las respuestas más pedantes. Otras veces, triunfó la vida plena y la más triunfante. Pero como el ave Fénix, resurgimos otra vez yéndose lejos aquellos temores. Luego entonces, encontramos nuestro gran tesoro. 

Endechas al fin y al cabo de la vida misma que se muestra perseverante o fulgida, pues no sabemos cómo ha de terminar ni siquiera por el rumbo de un antiguo sextante. Mejor será entonces, asegurar la morada que nos espera, teniéndole la fe a un Niño que un día nació, para salvarnos de nuestras malas decisiones y también de nuestros errores…

Roque Puell López Lavalle

 

viernes, 1 de diciembre de 2023

Lluvias de Noviembre

 

Mi barco azul por las aguas lejanas va rumbo a lo que no se conoce y tu indiferencia fue lo que se bebió como el trago amargo de mi silencio. Me voy seguramente para evocarte, quizás entre las sombras oscuras del atardecer o sobre las dudas de una playa distante que abraza loca las turbulentas marejadas.                                                            II

Refrescaré el enojo de mis horas en mi litera de muchos desencantos; para besarte imaginariamente sin que tú lo sepas, regando mis deseos y salvando las distancias. Tal vez así me esperes junto a las frías montañas adornadas ellas con muchas rosas negras sin más reposo que mis ojos tristes, mis manos protectoras y mi cariño descubierto…

                                                                            III

Aun degustaremos un café negro entre las brumas, será en el crepúsculo de otras tierras teniendo como sostén nuestra voluntad y por manantial, la brisa de los acantilados. De repente, seremos como dos palmeras solitarias donde sus grandes hojas están entretejidas sobre la candente arena, con el azul del cielo cuando amanece y seguramente lo nuestro estaría dibujado rozando las estrellas.

                                                                           IV

¡Pero que estoy hablando! Será mejor que pronto me sosiegue porque las muchas letras me han vuelto nostálgico. Me dejé llevar por mis pensamientos y por poco me persuades para volver a amarte cuando mi barco azul navega por aguas lejanas. Fue entonces que yo caí en la cuenta del... ¡Mucho tiempo que tú, me ignoraste!

Roque Puell López Lavalle

 Click: https://www.youtube.com/watch?v=jsWEkAMNxWs

 

 

Y llegará el tiempo

Y llegará el tiempo cuando estemos juntos alguna vez, en una ciudad cualquiera, en un bar, en un día acordado pero en un mundo aparte para p...