martes, 23 de mayo de 2023

Cecilia



Año 1150 AD. Cecilia caminaba presta por el sendero para encontrarse con su amado Ian y solo se conformó con su deseo o tal vez, con el ir hacia el viejo embarcadero. Allí el mar la esperaba para soñar y para pensar en el tiempo que no se habían visto. Era el duelo de las promesas que se hicieron en el pasado y que se asentarían cada vez más en el posible regreso.

Pero el horizonte era tan incierto y la niebla era tal, que cubría toda luz y firmamento. El viento hacía lo suyo, amenazante, jugaba con ella sin control. Las dudas que venían de pronto, ya no hacían mella en su apasionado corazón. Así pues, sufría como llegaban los indeseables cuestionamientos del ser y las viejas  controversias. Era su desdicha manifiesta, era llorar porque no hallaba respuestas y gemir por sus sentimientos confusos todavía. Ella había cambiado y él venía de la II Cruzada del oriente, aquella que no sabías si el amanecer era el adelanto de tu gloria o era la esperada bienvenida de los vivos.

De pronto, una silueta se divisaba entre las nubes bajas del cielo. ¿Eran ellos? No podría ser pero... ¡¡Eran las velas desplegadas de un barco!! ¡¡Era el blasón de los combatientes!! Espadas, dragón y escudo de bermellón intenso, ésa era la bandera, sería él sin duda, lo decía impresionada. Tanto tiempo, tantas alegrías y desengaños, no cabría más dicha en una insignificante barcaza que mucho había esperado. Todos corrieron raudos al muelle a recibir a los que vinieron de la contienda. Valientes años fueron de separación injusta, ahora parecieran cobrar de una vez la afrenta.

El beso del triunfo aguardaba su turno, el deseo cautivo parecería entonces desatarse, una mirada tierna habría de acabar la espera y una larga historia habría salir de sus labios para para dormir entre los improperios del destino. Todo eso ya no lo podía esperar, mayor se hacía su semblante, inmenso era el reencuentro con el guerreo entrante. Pero trágico fue el destino, amarga era la decepción, las ilusiones perdidas fueron traspasadas por el filo silencioso de la mentira, de la despiadada verdad que una vez más confirmaba las malas noticias. Dijeron que había muerto en las manos de una terrible emboscada, no quedó nadie vivo, habría solo mutilados.

Pero unos soldados recios del rey Sergio, vinieron por el mismo lugar y llegaron justamente cuando Cecilia apesadumbrada, dispuso retirarse. Aquellos hombres eran conducidos por un Capitán, cuando de improviso se dio sin pensar, el encuentro de dos desconocidos. Se vieron de frente pero no sabían quién era cada quién. Luego, la tensión se convirtió al fin, en una emoción anunciada. El arrogante guerrero musitó su nombre. Ella sonrió desafiante y altanera pero fue locamente adelante queriendo responder al insolente personaje. Pero él estuvo impasible mirándola fijamente a los ojos. Y sin más ni más, él bajó de su caballo para estrecharse con ella en un amplio pero fuerte abrazo de emociones y esperanzas. Lágrimas rodaron por sus mejillas, ardoroso era así, el beso de la bienvenida.

Pasado los años, el amor triunfó en diferentes momentos. Ya ancianos dejaron este mundo, el hijo mayor continuó la obra de su padre Legislador y guerrero sofocando algunas rebeliones de su propio pueblo. Pero al fin, la justicia y el amor de sus recuerdos también se convirtieron en el nuevo adalid de su vida y del futuro de su gente. Con la muerte de sus padres, se fundaron las bases para una nueva nación que estaba centrada en la familia para las nuevas generaciones cimentada en la lealtad y el amor a la Patria. Fue un nuevo vivir en aras de una esperanza, hecha hoy una, una realidad

Roque Puell López Lavalle

Click: https://www.youtube.com/watch?v=F_I3SY_E4fU

La patoja


A quien extraño como eras, así de sencilla, amorosa, valiente y socarrona, nunca te olvidaré porque aunque no te vea por ahora, siempre te recuerdo cuando disfruto el atardecer de tus notas, de tus pensamientos en el tintero y algunos regaños por mi sombrero. Pero si alguna vez me faltara la evidencia, tu fotografía me haría recordar que tu semblante nunca se fue, se quedó en la tierra de la Ermita, pero vivirá por siempre en mi corazón.

Por eso y porque sé que entre tú y yo siempre habrá ese mágico encuentro en aquel café que una vez nos hizo platicar y por la tanta charla que nunca la podremos menos que olvidar. Ese aroma del ambiente citadino, ese conversar del tiempo, ese pelear asombrado por la humanidad sin rumbo, para luego terminar en las risas y en las miradas del gran amor profundo de Quién nos creó. ¿Verdad?

Te quise mucho por quién fuiste y un tanto más por ser un volcán de fuego y yo un simple guajolote, cómplice de tus locuras porque tu vida era lo más importante para mí. Así como Dios te trajo al mundo, así de sensible, amiga y brincona, te fuiste para no volver. Yo lo pude presentir porque ya no te miraba y aunque muy lejos vivías, una corazonada nació en mí. Entonces, ya era tarde, rauda llegaste a los brazos del Eterno y yo sorprendido por la triste noticia, solo me quedé, con tu gran reminiscencia...

Roque Puell López Lavalle

Clic: https://www.youtube.com/watch?v=4ANlMmL91NI        

lunes, 1 de mayo de 2023

Debo saberlo


Subiendo deseoso por los estrechos caminos de una empinada montaña llevaba listo conmigo, algunos pensamientos que quizá ahora no tendrían comienzo. Mientras más avanzaba sorteando algunos abismos, el frío golpeaba sin reparo mis mejillas y saber que estaba entre los pedregales de una colina, me sentía privilegiado por las maravillas que experimentaba viendo el horizonte. El sol declinaba ante mis ojos, el viento parecía silbar una melodía para dar paso a las nubes negras dibujadas en el firmamento. Sabía que pronto anochecería y era consciente de las pocas horas que me quedaban; acaso quería yo volver ahora, pero sabía que un cambio tan repentino no me haría bien. ¿Por qué habría de hacerlo? Era mejor el sentir de un pronto encuentro más definido y desconcertante donde estaba. Tenía algo de temor pero vivía los instantes cortos de un día y por eso sería hermoso experimentar algo distinto.

Instalé mi carpa para sentirme más seguro y sentado alrededor de mi imprevisible fogata, me di a la reflexión. El viento seguía soplando y me acomodé sobre un peñón para admirar más el sol que se ocultaba. Cogí una rama seca, hice dibujos sin sentido sobre la tierra pero pronto se quebraría por la fuerza de mis preguntas. Sentir la importancia de mi corta vida, haría comenzar después una nueva aventura por el espíritu libre de mi corazón y mis ganas.. Quizá mi mayor riqueza sea ser yo tan pequeño comparable con lo más grande de la naturaleza para hablar con el Eterno. A pesar que ahora me siento solo, sin familia y los amigos lejos que aparecen cuándo, no tengo más recursos que disfrutar la cordillera que se pierde lentamente en el horizonte. Los nubarrones adornan el cielo para luego mostrar la belleza y la armonía de un magnífico artista que pinta un lienzo.

Vano es pensar ahora en la duda que cuestiona todo sin un asidero de sabiduría por más conocimiento que uno tenga. Perderme en el bosque de palabras no soluciona nada, la evidencia se hace más clara en lo que veo sin necesidad de la explicación lógica de un por qué. La ignorancia entones, no supera a la realidad, pero ésta se conoce a través de la conciencia viviendo el yo interior en paz teniendo la eternidad con que fui creado. Poco se sabe del mover de un astro y el curso de la muerte pero a veces pretendemos conocer el misterio. Se fueron pues, los seres de mi vida y de mi ser, sé que no todos tienen tu corazón y no vale la pena correr con alguien que no quiere caminar contigo.

Después de mis cavilaciones, no necesito elogiar mi sapiencia, solo debo saber que tengo un propósito que cumplir en esta vida y el suficiente testimonio de la creación me hace pensar el qué hacer de mi existencia. Por este motivo entonces, persevero confiado en mi camino con la esperanza de que todo cambiará y mi poster estado será mejor que el primero; porque todo el tiempo, Dios es bueno…

Roque Puell López Lavalle 

El nauta

La doncella distraída no sabía de las renuentes andanzas de su dizque caballero. En otros afanes se encontraba ella, cuando la noticia vino a inquietarla. ¿Cómo se pudo concebir? A instancias de esta evidencia, una leve herida temprana, ya se había conjugado porque ya no era la extraña que se había entrometido, tampoco era el drama de la costumbre si es que el personaje en ciernes, en otras tabernas del puerto, se habría extraviado. No, nada que ver, todo ello quedaba excluido.

Esa era la costumbre de más de uno de los marineros en los muelles de los embarques, eso fue más que un simple cuento de conquistas y colores, era una colección vistosa de historias reales de aquel entonces. El tripulante mañoso de sus intenciones, entre las correrías que realizaba en sus momentos libres, se encandiló con las enaguas de otra morena, se le nubló el pensamiento con los encajes de otras conciencias y sin esperarlo siquiera, quizá por la tentación de los distintos contoneos que abordaba, apareció una inesperada descendencia que iluminó la oscuridad de su frágil conciencia.

Aunque era un hombre taimado e hipócrita, supo llevar el secreto de su aventura con algún reparo pero todo aquello que urdió o tal vez que construyó con sus malas artes, llegó a oídos de la pobre doncella. ¡¡Tremendo desconcierto!! Más el destierro implacable que se le dio por la sentencia resuelta de la mujer, resultó para él, un "descanso merecido" así él se fuera más lejos. Pero en su navío más de uno se enteró de la noticia y ante el Consejo de algunos jefes, todo parecía quedarse archivado. ¡¡Para tirarse de los cabellos!!

Sin embargo, pudo darse cuenta que ya no saldría como antes, que rigores van y rigores vienen, tuvo que despedirse pronto de sus cabos y velámenes. Una oscura prisión lo aguardaba y un tiempo establecido para él, no estaría mal para la reflexión que él necesitaba. Algo pudo cambiar el doble ánimo del navegante pero entonces, no tuvo forma de alguna solución. Un corto tiempo después, solo salió para embarcarse en otro vapor para las acciones bélicas de su Nación. En tierra quedó la doncella y sus ilusiones. La gracia eterna de sus emociones, nació entre alegrías y sollozos pero él nunca la conoció más que entre los rumores y comentarios. Pero el mar arreciaba sin descanso, "la vida continúa" -decía- pero los cañones vomitaban el infortunio sin encontrar a los culpables. La guerra sin control aparente, contradecía silenciosamente a los hombres.

Luego pasaron algunos años y los otros contendores en tierra, quisieron vengar a la nombrada, nunca se enfrentaron con el contrario porque estaba lejos y nada se sabía de él. Otros quisieron casarse con ella, pero nunca se decidieron tampoco porque la moza mentía y se sentía terriblemente desdichada, sin embargo, esas son espinas y flores de otro rosal que yo no las puedo contar. Pero igual era la contradicción porque, quién iba a pensar que aquél nauta fuera a sucumbir en uno de los combates. Su barco encalló frente a las costas de otro continente y fueron pocas la noticias del desgraciado acontecimiento.  

Todos convinieron que él tornó finalmente su historia, en funestas consecuencias. Fueron sus malas decisiones, sus pésimas determinaciones y su vida fue un contraste de pasiones. Acaso la ley de la reciprocidad se dio, aquella que lo que das recibes sea bueno o malo. No obstante, para algunos, todo ello se convirtió en el final de la justicia ansiada, de la plañidera inconsolable y de los llamados contendores... 

Roque Puell López Lavalle

Click: https://www.youtube.com/watch?v=x-D33GlUfyw&list=RDGMEMJQXQAmqrnmK1SEjY_rKBGA&start_radio=1&rv=2cZ_EFAmj08

Y llegará el tiempo

Y llegará el tiempo cuando estemos juntos alguna vez, en una ciudad cualquiera, en un bar, en un día acordado pero en un mundo aparte para p...