domingo, 31 de marzo de 2024

Hildebrando

 


Tus ojos ya no ven el cielo que hoy no guardas y tu viaje inesperado que perduró algunos meses, regresaron otra vez a la esperanza que nunca encontrarás. ¿Por qué vuelves, a las remembranzas que solamente te hicieron el mal? ¿Dónde están los mundos nuevos, las eternas praderas que habrías de conocer para colocar la bandera de tu libertad? ¿No es más fiero quien se muerde los labios y acepta el no regresar? Insistes al mismo momento, al mismo sonsonete de melodías sin caminos y sin respuestas del por qué te tuviste que marchar. Ves ahora que la Valkiria no cambia, que no muda su parecer porque los mismos fantasmas del pasado, arrecian contra ella como si fuera una barrera de poca importancia y que su ser aun reclama, para no perderse jamás.

Ah compañero, tú sí habrías encontrado otros manantiales que podrían regar tus áridos sentimientos o quizá tus amargos pensamientos porque los malos recuerdos, todos los tenemos pero depende qué tanto los abrigaste o qué legiones se atrincheraron en el doblez de tu apocado corazón. Yo vi que el talento de tus manos, seguían firmes en el esculpir de las piedras como el artista consumado que eres. Sabía yo que la nostalgia ya no tendría motivos y fueron tus esculturas magníficas las que más te dieron satisfacciones. Apenas si concebiste que todos los honores a tus creaciones te hicieran feliz porque eran tuyas; porque se irguieron seguras, asidas de tu voluntad férrea sin más excusa que tu misma creatividad. Te habrías librado acaso del yugo infiel, quizá del egoísmo de su verbo amar.

Y encima de cuernos palos para que las infamias no te concedan el tiempo de aliviar los dolores de una sociedad impenitente y condenada por los actos más viles y escondidos. ¿No sabes tú que el dormir sin patria, anhela demostrar el carácter? Si porque al estar lejos de lo que amas como terruño, te llevará a estar solo contra el mundo y contra todos. Para eso necesitas serenidad, acaso sensibilidad, pero ante todo valentía a toda prueba y recién así podrás amar nuevamente y sin fronteras cuando hayas conocido la urgencia de alcanzar lo que quieres aunque ella no te lo hubiese comprendido. No sé cómo puedo entenderte ahora que me lo has contado, sin pelos en la lengua, sin pena ni gloria y que ahora son tu verdad. ¿Sabes? Me lo dijo tu resentimiento que sonaron más que el laberinto de tus palabras, incluso más que las campanas que llaman a la defensa de tu verdad.

Busca entre las entrañas de la tierra, eleva tu alabanza al Santo y busca en los caminos del atardecer, en aquellos que no ves porque del cielo se abrirá la senda de tu nuevo despertar. Haz de cuenta que estás en el en el infinito oscuro de la cumbre tachonada de estrellas, allí donde la conciencia se encuentra inmersa y sin dueño fiel que la proteja. En ese lugar misterioso entonces, amigo, elévate mucho y destierra los sacos de arena que te impiden triunfar. Cuando comprendas que la libertad significa también morir para entrar en el mundo de la esperanza sin pretextos y ligaduras, entenderás que vale la pena sembrar lo que no ves para tener luego una cosecha de constante felicidad. Pero acuérdate que no serás tú sino será Él quien te lo podrá enseñar. No cejes pues ahora, de perseverar

Una leyenda entonces, será tu figura, tal vez un murmullo pintará tus ojos incrédulos pero serás una estrella radiante en un sol que alumbra pero que no ciega a los desesperados. Tal vez estarás entre las habladurías de la gente o en las tempestades terribles de la arena. Aquellas que son siempre sórdidas, distantes, impertinentes, esas que no forman parte de nosotros y quizá allí te encuentres, en las pretensiones de un renegado, de un orate olvidado o de aquél que no quiso volver nunca, pero que jamás lo habría intentado…

Roque Puell López Lavalle

Click: https://www.youtube.com/watch?v=tWOHU4E1FxM

jueves, 28 de marzo de 2024

Al canto de la orilla

 


Quisiera caminar contigo a la luz de la luna, al borde de la orilla y como la arena nos recibe; vasta, generosa, disfrutando juntos el vuelo de las aves, del mar que se agita impredecible a nuestros pies, así como me inquieta alegre tu mirada. Tus bellos ojos negros son aquel resplandor que me ilumina, son la luz que pinta tu candor y que me invita atrevido a besarte.

Tus deseos me contemplan diciéndome:

        "Quédate conmigo esta noche, veamos juntos cómo se oculta la luna y busquemos el amor, háblame tú como siempre lo haces, con tu voz tierna y rebelde. ¿La ves ahora, cómo nos sonríe?”

Afortunado soy al encontrarte, que soy tirano al no dejarte escapar y querré ser tu más dulce amante aunque no sepa cómo terminará esta aventura. Que me quieres como yo, eso es historia, cuéntame la verdad: No digas que somos pequeños porque te pienso mucho aunque no siempre estés en mi regazo. Las palabras que nos decimos son poemas, acaso delicados versos que se pierden en la inmensidad de la noche que confiesan nuestros anhelos, que se refugian en el alma para luego estar en silencio. Te amo y yo no quisiera perderte porque yo te llevaría muy lejos sin atender a tus ruegos. Y ahora queda mis intenciones para dar fin a las preguntas, muera entonces, el vano sufrimiento.

¿Todavía quieres escucharme?

             "Sí pero ahora quiero que me hables con las manos y que nuestros mimos se fundan en el horizonte y así reírnos de los cuentos trasnochados"

¡Ah mujer! No me tildes de anticuado…

           "Tus amores calmen mis miedos y mis esperanzas, tu corazón viva intensamente con el mío sin saber del tiempo y la distancia, que nunca muera la pasión ni la noche porque ya no importa como tampoco el mañana".

Quiero entonces, dibujarte a besos y admirarte toda para cambiar mis pensamientos por tus incesantes tormentos. Ahora solo quiero convencerme que esto no es un sueño de muchachos, que no hablemos más y vivamos sin cuidados que hoy mismo nos amamos…

        "Entonces, sígueme contando tus bellas intenciones, tus locuras y ocurrencias que tanto hacen falta a mi corazón amedrentado y que nunca se te ocurra, terminar este momento que por fin nos ha encontrado. ¿Me lo dirás?”

Claro que sí mujer, pero después me gustaría que caminemos recibiendo a la brisa, quizás extrañando a las aves que se fueron, dejando nuestras huellas en la arena para que no se borren nunca y que las recordemos siempre, al canto de la orilla…

Roque Puell López Lavalle


El viejo baúl

 


Subí al desván de mi casa aquella tarde, algo me atrajo a él y hacia un deteriorado baúl abandonado en la esquina del tejado. Las telarañas y el polvo, pronto delataron el olvido que sufrió el pobre armatoste. No solo fue por el cúmulo de cosas viejas en su interior sino también por las ideas de antaño y quizá por los sentimientos encontrados que se encontraban envueltos en muchos recuerdos truncos que no volverán. La fatalidad confundida con la indiferencia hicieron su parte, la memoria olvidó la forma de mis vivencias y mi cuerpo ajado por los años, confirmaba que quizá yo no estaba vivo sino que iría camino al más allá porque solo soy un peregrino rumbo a mi patria nueva que ya no se encontrará aquí.

Sin embargo, hurgué entre las fotos amarillentas, rotas y viejas así como los manuscritos sin importancia, tan antiguos como las postales de hilo y huevo que fueron fabricadas a comienzos de un siglo que ya nadie recuerda. Entonces, encontré una carta de ésa época. Mis manos temblorosas desdoblaron poco a poco la hoja sin sobre y empecé a leerla, ¿Era mía? Sí, pero si era para ella por qué la tenía que tener yo, no lo sé, no lo recuerdo, pero vino a mi memoria ahora frágil, que hice una copia cuando joven para saber que necesitaba recordar cómo fue la última manera de amarte o quizá qué pasó en el último instante de tu temprana despedida.

Leyéndola, recordaba aquél día frente al mar donde me dijiste que me amabas. Yo nervioso, no supe que decir pero me miraste con tus bellos ojos y yo esquivé tu mirada. Tomé valor, cogí tu mano y me acerqué a ti. Estábamos solos y nuestras miradas despertaron al amor. Descubrí entonces que también correspondía a tu amor y sin decir palabra, te vi muy asustada. Solo me sonreíste pero no te marchaste y presurosa quisiste decirme algo, más no pudiste. Quedaste así en una sonrosada vergüenza, no podías creerlo, estabas frente a mí y te enfrentabas a lo que siempre habrías querido. Yo no pude retroceder porque en mi pasado quedaban mil preguntas y muchas dudas, más te besé tierno y apasionado. ¿No lo recuerdas? Tú me correspondiste igual, con no poca pasión y alterada como te encontrabas, solo musitaste frases incomprensibles. Era tu gran amor pero extrañamente estábamos en esa lejana y fría playa, alejados del mundo que nos circundaba...

La nostalgia entre los dos nos hizo recordar lo que hicimos y la música de aquél violín lejano que se escuchaba, parecía envolvernos en un hermoso frenesí. Las aves graznaban su acostumbrado chirrido y pronto veríamos juntos el atardecer. Aquellos colores fueron testigos de cómo dos seres, pudieron encontrarse aun cuando jóvenes jamás se habían visto. ¿Por qué tardaste tanto? ¡Era un solo beso apasionado y eso significaba mucho para nosotros! ¡Quién creyera tanta dulzura! El sol se ocultaban a nuestros ojos, ya era tarde y pronto anochecería… ¡Qué temeridad! Te pregunté muchas cosas pero tú asentiste con la cabeza lo que tus palabras no supieron confirmar. Yo comprendí entonces que en ese momento fue el silencio más elocuente que las palabras, pero pensé que en algunas ocasiones, también podría convertirse en un miserable traidor...

Volvíamos así, presurosos por la orilla. La espuma mojó nuestros pies y la brisa se puso furiosa, el sol ya no se veía, apenas una tenue línea naranja denotaba su tímida existencia. Presentí que habría un final y emocionado te quise dar mi último beso porque el mar ya rugía contra nosotros y la oscuridad empezaba a reinar. De pronto, tu cuerpo frágil se quebró entre mis brazos y una luz de muerte iluminó mi mente para no poder reaccionar. Habías muerto súbitamente y no volviste a mis ojos desesperados ni a mi voz temblorosa porque ya no podías verme por más que quise hacerte reaccionar. Te fuiste como se va un suspiro, desapareciste ante mis ojos convirtiéndote en un fantasma. La fatalidad  entonces, se imponía y ni siquiera tu olor a mujer pude conservar. Aquella confusión, me hizo llorar amargamente y luego me di cuenta que mentiste para yo quedarme con mi soledad...

¡Oh, súbita sorpresa! Sin imaginarlo, desperté de forma inesperada pero sobresaltado,  exhausto, sudando copiosamente y pálido con las huellas magras en mi rostro por un gran esfuerzo. Me di cuenta que me hallaba otra vez en el desván ante el baúl polvoriento.  Parecía que fue una eternidad y solo fueron unas horas que se convirtieron en una gran pesadilla. ¡Qué extraña imaginación por leer un papel tan antiguo y sin un vocativo que nunca contesté!

Quizá fue una realidad de mi vida solitaria, yo también morí por dentro cuando partiste a la eternidad. Pero a pesar de mis errores, tuve la esperanza de un esperado perdón tuyo, aquél que siempre evitó el querer saludarme….

Roque Puell López Lavalle

A ti

 


Presiento yo que en  este día, las lluvias habrían llegado a ti

porque la eterna primavera, hacía ratos que la vi partir.

Más tú aparecías por momentos y por casualidad,

al saber yo que lo tuyo, se tornaba en cenizas

vi tu carita bella, como el mes de Abril.

II 

Atento observo en tus ojos muy cansados, tu querer dormitar

pero escuchando que tu voz es tan fuerte en esa pena,

raudo te aviso que por ti, ella nunca querrá cambiar.

¿Por qué entonces, no me cuentas tu pesar?

III 

Yo no pretendo ser ahora, el mismísimo contendor de la fe

ni estar orgulloso de ser el santo de los imposibles.

Pero seré por siempre el héroe de tus películas

donde nadie ni nada, me quitará el papel.

IV 

Escucha y entiende mujer, que mi cariño está demostrado

y que no importa la distancia ni mi papel reservado.

Porque cuentas con mis palabras y consejos.

Porque vivirás con mi amor que es tuyo.

y veré brillar tus ojos nuevamente

al cumplir mi deseo cumplido,

de verte sonreír… 

Roque Puell López Lavalle

Link: https://www.youtube.com/watch?v=rLhawhZtAhI


 

 

jueves, 14 de marzo de 2024

La paleta de colores



¿Por qué me reclama el pincel que se niega a plasmar mis colores? ¿Por qué me regaña la paleta de colores? Solamente realizo esbozos en el lienzo acerca de mi complicada vida, sea en mis deseos frustrados, en mis locas ilusiones y quién sabe, en esos solitarios quebrantos. ¿Qué les importa a ellos sí utilizo mil pretextos para hacer lo que realmente siento? Y ¿Qué carajos pretenden, si solamente son mis instrumentos? ¿Acaso son los resplandores de la dicha, las acuarelas del romance o quizá las poesías enojosas que solo son los avatares de mi existencia?

Son las respuestas dadas por la necedad y los argumentos de la infelicidad que disfrazaron una realidad tangible por la razón. De repente despreció la simpleza del momento por la ingratitud de la Marbella cuando le extendí mi corazón. Mejor serían entonces las luces que traen el nuevo amanecer en una esperanza de realidades que una dicha que finge ser verdadera. Pero siempre haya una atardecer que invita a una esperanza, aún existe el viento que nos abraza ¡Vive la aurora que nos inspira a las nuevas realidades! 

Escribir para lidiar con los fantasmas, describir a las sombras en las noches vacías,  amar a la ingrata para que despierte de su pesadilla o tal vez pintar otros corazones que anhelen ser conquistados. No lo sé, es la vida misma en un momento mágico que ahora es el sentir de mis recientes promesas y decisiones. Tal vez en el mañana; estaré recordando la sonrisa de un niño travieso, que alguna vez fui para no pensar más en quien ayer solo fue una burda fantasía...

Y son las pinturas de mi lienzo, la composición de mis colores que expresan mi pensamiento y caigan una a una las perspectivas falsas de un tenor tan falso como el centauro. Las grandes pinturas de los maestros nos dieron una lección del ensañamiento, de la locura, quizá la hipocresía sentida de sus personajes, más sí se plasmó la expresión sincera de sus ambiguas intenciones. No se busca la intensidad de la vida si no hay una voluntad que llegue más alta que las estrellas, pero si se puede llegar a la sinceridad de los gestos en un pictórico mural de los tristes desencuentros...

Roque Puell López Lavalle

Click: https://www.youtube.com/watch?v=fVfnEyLOkrM 

Y llegará el tiempo

Y llegará el tiempo cuando estemos juntos alguna vez, en una ciudad cualquiera, en un bar, en un día acordado pero en un mundo aparte para p...