miércoles, 29 de marzo de 2023

El camaroncito

El bosque se ha reunido para una gran celebración. Está en una gran fiesta y la algarabía es de todos sus habitantes. Los grillos cantan, las libélulas alumbran la escenografía, el saltamontes organizando a los invitados y los mamíferos están alistando todo para que todos se sientan confortables y felices. ¡Es que se casa la oruga!

El rey león, se acicala orgulloso la melena y procura con prontitud su mejor perfil. La reina atiende a las crías traviesas y también está regia para la ocasión. Ordena las flores, los bocaditos, culmina los detalles, las flores y todos se sienten honrados con la tremenda pompa que se vive en esos momentos. El novio, pálido pero sereno ni siquiera imagina el nuevo rumbo que su unión alcanzará en el futuro.

Y el cortejo ensaya con delicadeza la marcha nupcial tocando sus hermosas melodías. Parece ser que todo se ha sido cubierto en su totalidad en este ambiente tan especial y para tan magno acontecimiento. La cigarra resplandece en este momento, pero igual enfrenta el futuro con valor. Todos en realidad se sienten expectantes.

Sin embargo, sin que alguien se diera cuenta, por el riachuelo que cruzaba el lugar, no muy lejos de la ceremonia, se encontraba un pequeño camarón de río que lloraba muy desconsolado apoyado en un grupo de piedras cerca de la orilla.

Un hombre cano que por allí pasaba, se conmovió al verlo tan triste y acongojado, curioso entonces, le preguntó tranquilamente: - "Te he visto desde hace unos momentos y me animé finalmente a preguntarte ¿Por qué lloras camaroncito?" -

Y él, balbuceando con sus ojos hinchados por la mala noche y la tristeza que le embargaba, le respondió amargamente sin ocultarle nada: “Oh señor, si le contara, lloro porque mis padres se fueron anoche a un cóctel y hasta este momento no han regresado".

Su interlocutor, sentido, extrañado, se encogió de brazos y mudo por la noticia, no tuvo más remedio que perderse finalmente por el sendero. Lamentablemente el pobre camaroncito, solo y sintiéndose desalentado, solo atinó a resignarse de su tremenda desgracia.

Es interesante que muchas veces la paradoja de la vida estriba en que las grandes celebraciones van siempre acompañadas de las más grandes desgracias y es menester entonces, tener no solo la palabra apropiada sino buscar un alivio a la enfermedad del alma que así, de esta manera, es encontrada..

Roque Puell López Lavalle

Click: https://www.youtube.com/watch?v=r875dXVtdyc

lunes, 27 de marzo de 2023

La retreta

Cuando era un niño, mis tareas del colegio se veían casi interrumpidas por una soleada tarde bulliciosa como era la de un intranquilo escolar. Para mi si habían trabajos sería una novedad y ni siquiera revisaba la lectura semanal. Estos eran los verdaderos problemas de un muchachito curioso que quería comparar los acontecimientos del pasado con su vida real. No había venido todavía mi madre porque estaba trabajando y el hambre aparecía a ratos para quitarme la intención de cumplir con mis deberes. Ya mi perro adoptado se había ido, mis juguetes estaban dispersos y todas las instrucciones que me habían dejado me las sabia de memoria pero cumplirlas...

Sin embargo ¡Oh milagro! Las llaves hacían ruido al encontrar la cerradura en la puerta de mi casa. ¡Era ella! Había llegado temprano, los jefes de la ofician al fin la pudieron soltar. ¿Qué has comido mijo? Fue su interrogante que yo no supe contestar. Mejor quería saber qué había traído de comer y así tranquilizarme para poder jugar. Hasta que un momento me pareció escuchar una música alegre que provenía del parque frente a mi casa. Ya era de noche y el que menos estaba comiendo los ricos anticuchos de la señora de la esquina de mi barrio. ¡Un sol, un sol! Era la oferta callejera, ¡Papa sancochada y choclo a cincuenta centavos! Y así para mi, terminaban mis serios problemas...

Los niños y los mayores, después de comer, iban al medio del parque a los pies de un busto histórico. Ya eran casi las ocho de la noche y todos iban a ver a esta extraña compañía según mi modo de ver. ¡Mamá vamos a verla! --le decía-- entre emocionado y eufórico. Iba a descubrir lo que todo el mundo conocía menos yo. Lo primero que vi aparte de la gente arremolinada era una suerte de uniformados que en vez de llevar fusiles llevaban un acordeón, una trompeta o al menos un trombón que era más grande que el mismo dueño. Los tambores estaban alineados pero luego escuché los interminables aplausos. Todos estaban sonrientes y complacidos pese que otros niños jugaban indiferentes al compás de sus inocentes travesuras.

Resulta que ellos tocaban para un público que conocía de sobra lo que allí pasaba. Las partituras me explicaba mi madre, son de nuestra música y están hechas para disfrutarlas. ¿Y cómo se llama lo que están interpretando? Era mi pregunta pero de vez en cuando se escuchaban las palmas y se veían también pañuelos blancos pero nadie se atrevía a bailar. ¡Ah, --me decía mi madre-- eso es una marinera! Yo en la luna pero después caí en que eran las melodías de mi tierra hechas por la Guardia Civil alrededor de mi casa.

Cuando se fueron, yo me quedé triste pensando en todo lo que había vivido y regresando por el camino, recordaba los ritmos escuchados y un gozo extraño me había embargado así que yo traté de... pero mi madre viéndome distraído me preguntó: ¿Te gustó la retreta? Y yo le respondí extrañado con los ojos abiertos... ¡Ah, la retreta! ¿Qué es eso?

Roque Puell López Lavalle

sábado, 25 de marzo de 2023

La oportunidad

 

Quejumbroso es tu hablar y es una realidad tu quebranto, nos hablas a todos de tu vida en llanto. Buscas entre las oportunidades que se presentan, un feliz consuelo cuando la verdad es que solamente en alguna promesa tuya, puedes alcanzar tu sueño. También sé que no te encomiendas al santo de la espada porque realmente no le crees absolutamente nada. Más bien pienso yo, que más puede tu fogosa voluntad que tus pretensiones de convencer con tus inciensos a la Deidad.

Era infinita mi amistad que te rodeaba en el más abnegado sacrificio pero la perdiste por ingenua y mal pensada como si fuera un maleficio. Se necesita para la vida un poquito de sabiduría, que afuera se vaya el pleito y que quede mejor el corazón contento. Pero tu orgullo confunde el telar fino de colores con el vulgar paño del desarraigo, como si fuera lo mismo un querer de la primavera con el vivir de una pataleta. Solamente entiendes el idioma de tus caprichos y no escuchas la voz de tus amigos. Para ti es mejor la fidelidad del avezado que no te valora, que los amigos verdaderos que te quieren sin cuidados.

En fin, buscarás inútilmente en el camino de los perdidos, en aquel de los que desconocen sus nombres y sus apellidos. Vagarás por siempre en busca de la verdad y no la hallarás. Mejor es un bocado seco y en paz, que muchos manjares en la casa azul de ultramar. Y así pasarán los años y así concebirás entonces tus temores, quizás te visiten en las noches los fantasmas de tus desamores y no conciliarás el sueño. Vendrán en la mañana a visitarte tus nietos ¡Qué casualidad! Pero ellos al verte, ingenuos te preguntarán: “Abuelita, abuelita, ¿Por qué perdiste tu oportunidad?”.

Roque Puell López Lavalle

Click: https://www.youtube.com/watch?v=xrxCswYnano



miércoles, 15 de marzo de 2023

Horas brujas



Silencio en las horas tenues, quietud en la habitación, sombras alrededor de la ventana y el grito del alma queda ahogado entre los pensamientos que dejan los recuerdos. Los más de ellos que vienen a la memoria y los menos que importan forman una historia, una vida en el pasado que se pierde cuando pasan lentamente los minutos. Sin embargo, es el tiempo que viene ahora como una vieja película y así conocemos entonces, nuestros grandes aciertos, descubriremos nuestros errores que se funden en una alegría o quizá en un pasado triste pensando el por qué no se hicieron mejor.

Es así que la conciencia pronto sale al encuentro del pasado, lo abraza para no perder el sentido de la verdad, lo besa para saber que es real pero el hecho imborrable de sus actos se traduce en preguntas sin respuestas, en lágrimas que brotan sin descanso y en anhelos que se dieron pero que llegaron a ser un rechazo. El orgullo queda entonces satisfecho, no se hizo pero se intentó, no se culminó pero se sembró. Luego se vieron las intenciones, las frustraciones que no hicieron mella en el ocaso de la vida. Desfilan como reclamos, como protestas que no llegaron a un final del bien que esperamos. Así las dudas y los temores se sintieron liberados ya que anduvieron en otro tiempo presos por las cadenas de opresión, por las cuerdas de la vergüenza y la maldad, por las frustraciones de no haber acabado lo que se empezó de esa manera. ¡Tremenda situación!

Y el hombre pobre e ignorante, al volver la mirada a la nostalgia y querer cambiarla, fracasa al saber que todo era una mentira. Si no se supo amar lo que la vida le entregó en ese momento, es un desprecio, una cobardía de miserables que va más allá de una traición. Cree que la ingenuidad del pasado y la claridad del presente las podrá crear para otra vez, edificar de nuevo. Pero ya es muy tarde, ya amaneció, ya dio vida los frutos de su siembra. Tal vez tenga presente la esperanza, tal vez entonces tenga el lugar de la fe a ciegas que dicen que no muere, pero más son las brechas que quedaron desiertas y los sentimientos vacíos que ya dieron su último adiós.

La luz de la mañana invade la invitación, tedioso fue el intento, inútil cambiarlo pero todo es imposible, el nuevo fulgor quiere nacer de nuevo pero no hay nada nuevo en ese momento. Se lo llevó el tiempo, la distancia, las nuevas emociones, las renovadas intenciones de que el futuro diferente lo iba a transformar. Se vuelve ciego por la luz, todo parece estar en tinieblas otra vez, sombras aparecen en la distancia y las velas negras son de la maldición que no lo espera. La amargura la vive de nuevo y la desgracia viene puntual, aquella que en este momento, ya no la puede evitar.

Por eso, en el revoltijo de las emociones y pensamientos, veo llegar lo que ya ha sido predestinado. Un augurio que no necesita presentación porque solo se manifiesta y no tiene reparos en demostrarlo. Es ese misterioso silencio de las horas brujas, es esa quietud en la habitación, son las sombras alrededor de la ventana que el alma ya no la puede soportar porque la hora de la muerte en vida, acaba de empezar...

Roque Puell López Lavalle

Click: https://www.youtube.com/watch?v=uZTkg8GGEOo



jueves, 9 de marzo de 2023

Todavía



Todavía puedo sentir el viento golpeando los surcos de mi rostro y tal vez ahora crea como la verdad, lo que cuentan algunos, que este fenómeno acaricia con gélido placer nuestro semblante del tiempo para hacernos recordar algunas vivencias de nuestro pasado. ¿Será cierta esta afirmación? No sé si creerla.

Todavía viene a mi mente al empezar el estío, el final de una ilusión que se transformó en una época perdida contada en los manuscritos de un texto quizás muy antiguo y que hoy son solamente una contradicción que nunca encontró una respuesta. Quizá fue el sueño de un loco o algún futuro misterioso de un especial Quijote que por mucho madrugar, nunca le amaneció una esperanza.

Todavía pensé que a más de un año de tu alejamiento, tú despertarías de tu letargo pero me di cuenta que solamente fueron las negativas de tu alma a todas luces desdeñables y extrañas, pero así mi corazón entendió por fin tu indiferencia e irrespeto de no querer a quien te amaba refugiándote en la oscura madriguera de la lejanía.

Todavía las palabras se las lleva el viento, las malas acciones son tus heridas a conciencia, la ingratitud es tu costumbre y todas ellas son las espinas de un rosal que hace sangrar a las manos protectoras que quisieron cuidarte. Acaso quería verte feliz para luego defenderte de los fantasmas de esos recuerdos de los que no querías hablar.

Todavía anhelo la voz de tu reclamo, tus efusivas palabras defendiendo tu verdad, habida cuenta que no quisiste enfrentar al amor de un soldado que te pidió una sincera oportunidad. Pero así sucede, la oscuridad penetra en una casa sin cimiento, la niebla lo hace en el más radiante sol, pero muere luego en la más etérea realidad, sin pena ni gloria.

Todavía creí que me guardabas lealtad o encendidas hogueras de comprensión con tu mano cálida y sincera de algo más que una amistad. Pero pienso que me equivoqué, elevadas son las vallas de tu castillo, inaccesibles son las cumbres para ser tu bendición y oscuros como imposibles son los caminos para llegar a tu egoísta corazón.

Todavía lo siento, lo escucho incesante en mi ser entristecido por tu silencio y estoy seguro que ni siquiera te importará. No te preocupes por ello ahora, he renunciado a ti hace pocos días, en la madrugada fría y lluviosa de un guerrero esperando atacar a muerte al dragón de sus desvelos. Decir que no te amo, sería mentir porque aún siento el viento frío golpeando mi rostro y sabiendo además, de tu pérfida negativa que nunca me amarás. Sin embargo, estoy cierto que hoy, nunca volverás y yo tampoco, te volveré a amar...

Roque Puell López Lavalle

jueves, 2 de marzo de 2023

Se cuenta y no se cree

 


En aquellos años de la inseguridad económica, se encontraba pensativo Francisco por una serie de problemas pero fue buscando a su amigo de antaño, Juan, para encontrar según él, alguna solución a sus preocupaciones.

-               -“Aquél que es un amigo, - pensó -  no habrá de negarme el auxilio pues yo lo conozco de mano abierta”. 

No se equivocó porque Juan escuchó atento su petición y le dijo que no obstante pese a su situación, podía de todas maneras ayudar al dizque Francisco. 

-               “Guárdame mis cosas que acordaremos algún dinero contigo y también esta cama de madera que puede servir de algo”. 

Paco aceptó entonces la propuesta no sin antes cerciorarse bien de la palabra manifiesta de su amigo. Así las cosas, pasaron las semanas, algunos meses y nada, las promesas no fueron ciertas. Más largas eran las noches que sus términos pues ya parecían que eran inciertos. Pero vino Juan con más subterfugios: 

-               “Te vendo mi cama por 100 pesos, pues ha sido producto de mi arduo trabajo”. 

Pero Paco no podía aceptar por muchas razones, unas por el tiempo y otras por sus ocupaciones. No obstante seguía la tanda de demoras y errores, pero... ¿Con qué cara se vende algo si no se paga lo adeudado?

Más se le vino la noche a Juan. Cuando ofuscado vino Paco a su casa luego de su trabajo, pidió entonces a Juan lo antes acordado. Ante la negativa de este, que traía visos de malas costumbres y mentiras... 

Paco le dijo: 

    - “Saca inmediatamente tus cosas y te vas” - sentenció – si no puedes en pocos meses         pagar una deuda, menos podrás en un año”. 

Juan no contestó y resentido, sacó lo suyo pero solamente le dejó su burda cama...

Paco, al irse su amigo, recordó que tenía que hacer en su casa algunas reformas urgentes y tuvo que vender algunas cosas. Aquella tarde, pasaba por su casa un ropavejero con su triciclo y presto, le hizo pasar a su casa.

-           “Maestro, como ve, de todas estas cosas me quiero deshacer pero Ud. sabe que necesito      ahora, un precio razonable ”  - señaló Paco –

Pero el viejo comerciante, en realidad no vio nada de interés y preguntó:  

    - ¿”Y no vende esa cama”?

Ante la negativa de Paco, el hombre respondió sorprendido: 

        “El joven que me atendió aquí diciendo que era su pariente, me la quiso vender a 70            pesos y yo le dije que no, entonces me bajó el valor a 30 lo cual le dije que por esa                cama solo le ofrecía 10 duros como último precio".   

-       Y Paco se dijo extrañado: 

“P     - Pero Juan me la estaba vendiendo primero a 100 pesos, luego a 70 y como yo no le di          esperanzas, él no insistió más” - pensó -.


Entonces, el ropavejero al no escuchar la respuesta de Juan, se marchó enojado rápidamente llevándose un tanto de lo que no esperaba, pero un poco triste también porque se resignó finalmente quedarse sin la dichosa cama.

Entonces Paco cuando se quedó solo y después de pensarlo bien, pudo libremente sacar una atinada conclusión:

          “Dijo que era mi amigo y descubrí al final que el famoso Juan  era un bandido.                     Admitió que la necesidad lo embargaba pero ¡Qué forma tan ruin de disfrazarla! 

        - Luego añadió:  De un pago que le hicieron a la mala, me quiso engañar y sacar de              ello una vil ventaja. La mentira entonces, tiene patas cortas y se habrá de saber

Pero yo ya conté la historia que es más que una anécdota, es una de esas que ocurren en la vida cotidiana o quizá es alguna que a veces "se cuenta y no se cree”.

Roque Puell López Lavalle

 Link: https://www.youtube.com/watch?v=aKo80b-QfK0

Y llegará el tiempo

Y llegará el tiempo cuando estemos juntos alguna vez, en una ciudad cualquiera, en un bar, en un día acordado pero en un mundo aparte para p...