Quejumbroso es tu hablar y es una realidad tu quebranto, ahora nos hablas a todos de tu vida en llanto. Seguro que buscarás entre las oportunidades que se presentan, un feliz consuelo cuando la verdad es que solamente en alguna promesa tuya, podrás alcanzar tu sueño. También sé que no te encomiendas al santo de la espada porque realmente no le crees absolutamente nada. Más bien yo pienso que es tu fogosa voluntad y tus pretensiones de convencer con tus inciensos a la Deidad.
Era
infinita mi amistad pero la
perdiste por ingenua y mal pensada como si fuera un maleficio. Se necesita para
la vida un poquito de sabiduría, que afuera se vaya el pleito y se quede mejor el corazón contento. Pero resulta que tu orgullo confunde el telar fino de colores con el
vulgar paño del desarraigo, como si fuera lo mismo un querer de la primavera
con el vivir de una impensable pataleta. Solamente entiendes el idioma de tus caprichos y
no escuchas la voz de tus amigos. Para ti es mejor la fidelidad del avezado que
no te valora, que los amigos verdaderos que te quieren sin engaños.
En
fin, buscarás inútilmente en el camino de los perdidos, en aquel de los que
desconocen sus nombres y sus apellidos. Vagarás por siempre en busca de la
verdad y no la hallarás. Mejor es un bocado seco y en paz, que muchos manjares
en la casa azul del bacán. Y así pasarán los años y así concebirás entonces
tus temores, quizás te visiten en las noches los fantasmas de tus desamores y
no conciliarás el sueño con gantos horrores. Vendrán en la mañana a visitarte tus nietos y... ¡Qué
casualidad! Ingenuos y curiosos, ellos preguntarán: "Abuelita, abuelita, ¿Por qué perdiste tu oportunidad?”.
Roque Puell López Lavalle
Click: https://www.youtube.com/watch?v=xrxCswYnano
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