Mi hija, mujer ahora que ya creció, dejó atrás a sus muñecas porque hoy es una gran promesa. Lucha con esfuerzo para llenarme de orgullo y querer ser mejor es su meta. En un mes de este año, viajó ilusionada para conquistar su sueños y muy valiente estuvo laborando en lo que consiguió con empeño por la perseverancia, por el tiempo y por el mejor llevar de su conocimiento.
II
Pero donde se yergue el Domo de la fe, el diablo construye una Capilla. Aquello más parecía un coro de herejías que claveles, donde el silencio deja inútil a la mano extendida y las buenas obras se encuentran escondidas. ¡Qué contradicción es lo que se dice con el cumplimiento de de una decencia prometida!
III
Más luego triunfaron las verdades eternas. y quedó la mentira rota entre las brumas. No progresaron los entredichos sin sustento y se coronó la realidad manifiesta. Atrás quedaron los testigos falsos y las imaginarias ideas de un acusación tan falsa como desmedida. Poner en el cadalso a una conducta pura y sin malicia a solamente suposiciones. Es un mensaje a todas luces sin valor, sin sentido. Y si son dichos por una brujas sin deber, es mejor no creer.
IV
Qué triste es la apariencia que se vive en tantos años, qué terrible es la creencia que no es verdadera porque el amor de muchos se enfría din moramientos. Se convierte así en pura palabrería y las canciones suenan solamente como puras majaderías. Tanto es la patraña; que ahora pienso de repente que un ciego, pudiera verla.
Roque Puell López - Lavalle
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