Las Páginas Libres II
Nuestra existencia está llena de diferentes momentos que a veces no alcanzamos a entender. Sin embargo, podemos disfrutar de días felices y también de algunos días sombríos pero siempre hay un propósito y al final hay una esperanza en Aquél quien nos creó. Dependerá solamente de nosotros. ¿Qué piensas de todo ello? ¿Nuestra vida es un azar?
miércoles, 1 de mayo de 2024
Amigo de blanco
Juego de palabras
Tan igual como un villano, vino a mi casa un necesitado, un sin techo
acongojado que de oídas había sabido que yo era el don con quien debía hablar.
Al terminar aquella tarde se presentó solícito y descarado, con un discurso intencionado: “Necesito un jardín de entrada, un sitio de esparcimiento, quizá
el suyo sea un bonito lugar, mis hijos y familia no tienen descanso, ni su
cabeza donde cobijar. Al contrato me someto, dónde hay que estampar la rúbrica,
el adelanto se lo entrego, pero tenemos que arrendar”.
La ingenuidad te acumula deudas
cuando no hay sabiduría, la inexperiencia te premia cuando menos piensas, a lo
mejor en ese momento es tu cultura convertida en ciencia para así decirle no a la
necedad manifiesta. Si hubiese sabido las mañas del hombre cauto, por nada hubiera tranzado pero me ganó su
pinta de honrado y su fingido teatro lo vivía intenso, como un maestro consagrado.
Firmamos un contrato de buenos augurios para las partes, prometió las mil
maravillas sin fin, pero nada más falso se vio en los meses siguientes cuando
no tardó en sus obligaciones infringir.
El engreído no quiso salir de casa cuando se le enfrentó lo que debía.
Siempre respondió con una queja, con un no y con algo menos que un juramento.
“No tienes que cumplir lo que prometes si tampoco lo han hecho contigo” me
explicó sin más trámite el entendido Abogado. Armas al ristre decidí entonces, poner al
susodicho a derecho. Ya no tenía dudas. Entre papeles y firmas del notificante,
se le venía la noche al pobre ignorante.
Busqué ayuda entre los amigos, llamé a los más cercanos, a los que
creí que eran mis hermanos pero los encontré timoratos, faltos de palabra y
siempre ingratos. Pero la perseverancia
al fin te sonríe y hallé al fin a dos que tenían un sentido, una vida fugaz, un
camino tan dispar. Y así, uno por la ventana y el otro por el tejado, cumplieron
su tarea más preciada. La salida feliz de sus cacharros puso fin a la obra
terminada.
Aunque su venganza se vio reflejada en un inoportuno encuentro, el acusado cayó en desgracia, en no recuperar jamás su causa, porque el condenado que no tiene derecho tampoco tiene esperanza. "El hombre que es bueno, es libre de ataduras aunque sea un esclavo, pero el hombre que es malo es un esclavo de sus pasiones aunque sea libre", dijo un escritor.
Roque Puell López - Lavalle
martes, 30 de abril de 2024
Todo para no extrañarte
Otros contemplan el simple bailoteo del cariño espontáneo, alegre y de las promesas porque que salen del corazón. Son los pasos de la conciencia y de la imaginación, porque se improvisan sentimientos lo que se canta, no se escucha pero tampoco se buscan los motivos inmaduros para decir que no.
Los bailes de los amigos también, se miran en el azul del cielo sin apego y en las estrellas, el recuerdo. Son solo bellos juramentos y los gratos encuentros de un viajero, pero carentes de verdad. Son las mentiras verdaderas del olvido y de las palabras sin alardear.
Por ello, me dedico a bailar hasta muy tarde, cuando la noche es azul y el grillo canta. Quizá para olvidarte siempre, para no existir en tu mirada y no vivir de mis celos. Aun tengo un sentimiento y no quisiera perderte pero tu silencio largo, me dice que no lo aceptarás. Solo te esperaría en el silencio de las estrellas y decirte mucho para no extrañarte…
Roque Puell López - Lavalle
Si tu corazón quisiera
Roque Puell López Lavalle
lunes, 29 de abril de 2024
Cásate conmigo
Roque Puell López Lavalle
El tercer Domingo
Si
son unas chiquillas... ¿O no lo son…?
¡¡Pero
son unas señoritas!! Sí, pero no piensan
o no
se dieron cuenta pero se fueron por invitación
¿Y
fue de repente maliciosa e inoportuna?
II
Es que no son las celebraciones de los idos rezos y parabienes, se trata de las buenas comidas acompañadas de los manteles largos y los vinos caros. Están lejos, hay recuerdos, sueños y nostalgias para contar, pero aún no se han escrito en la bitácora del miedo…Pero al pasar los años, los niños se hicieron hombres y en el correr del tiempo, las niñas mujeres. Me pregunté aquella vez: ¿Y qué pasó con los esos juguetes? Solo encontré uno solito, quizás el más ingrato. Era un gallito que a pilas batía sus alas y que cantaba, quizá porque era viejo, tal vez bronco y si se sentía muy gangoso. Y el único recuerdo que vi en la vera del camino de regreso a mi casa, fue la soledad y la tristeza cuando se fueron mis nenas en el día del padre. Fue el tercer domingo del mes de Junio. Se las llevó el viento, se las llevó el infortunio imbuido de mala voluntad y fortuna, de quien se decía ser la mejor de todas pero a todas luces, sin parroquia y sin cura...
Roque Puell López Lavalle
domingo, 31 de marzo de 2024
Hildebrando
Tus ojos ya no ven el cielo que hoy no guardas y tu viaje inesperado que perduró algunos meses, regresaron otra vez a la esperanza que nunca encontrarás. ¿Por qué vuelves, a las remembranzas que solamente te hicieron el mal? ¿Dónde están los mundos nuevos, las eternas praderas que habrías de conocer para colocar la bandera de tu libertad? ¿No es más fiero quien se muerde los labios y acepta el no regresar? Insistes al mismo momento, al mismo sonsonete de melodías sin caminos y sin respuestas del por qué te tuviste que marchar. Ves ahora que la Valkiria no cambia, que no muda su parecer porque los mismos fantasmas del pasado, arrecian contra ella como si fuera una barrera de poca importancia y que su ser aun reclama, para no perderse jamás.
Ah compañero, tú sí habrías
encontrado otros manantiales que podrían regar tus áridos sentimientos o quizá
tus amargos pensamientos porque los malos recuerdos, todos los tenemos pero
depende qué tanto los abrigaste o qué legiones se atrincheraron en el doblez de
tu apocado corazón. Yo vi que el talento de tus manos, seguían firmes en el
esculpir de las piedras como el artista consumado que eres. Sabía yo que la
nostalgia ya no tendría motivos y fueron tus esculturas magníficas las que más
te dieron satisfacciones. Apenas si concebiste que todos los honores a tus
creaciones te hicieran feliz porque eran tuyas; porque se irguieron seguras,
asidas de tu voluntad férrea sin más excusa que tu misma creatividad. Te
habrías librado acaso del yugo infiel, quizá del egoísmo de su verbo amar.
Y encima de cuernos palos
para que las infamias no te concedan el tiempo de aliviar los dolores de una
sociedad impenitente y condenada por los actos más viles y escondidos. ¿No
sabes tú que el dormir sin patria, anhela demostrar el carácter? Si porque al
estar lejos de lo que amas como terruño, te llevará a estar solo contra el
mundo y contra todos. Para eso necesitas serenidad, acaso sensibilidad, pero
ante todo valentía a toda prueba y recién así podrás amar nuevamente y sin fronteras
cuando hayas conocido la urgencia de alcanzar lo que quieres aunque ella no te
lo hubiese comprendido. No sé cómo puedo entenderte ahora que me lo has
contado, sin pelos en la lengua, sin pena ni gloria y que ahora son tu verdad.
¿Sabes? Me lo dijo tu resentimiento que sonaron más que el laberinto de tus
palabras, incluso más que las campanas que llaman a la defensa de tu verdad.
Busca entre las entrañas de
la tierra, eleva tu alabanza al Santo y busca en los caminos del atardecer, en
aquellos que no ves porque del cielo se abrirá la senda de tu nuevo despertar.
Haz de cuenta que estás en el en el infinito oscuro de la cumbre tachonada de
estrellas, allí donde la conciencia se encuentra inmersa y sin dueño fiel que
la proteja. En ese lugar misterioso entonces, amigo, elévate mucho y destierra
los sacos de arena que te impiden triunfar. Cuando comprendas que la libertad
significa también morir para entrar en el mundo de la esperanza sin pretextos y
ligaduras, entenderás que vale la pena sembrar lo que no ves para tener luego
una cosecha de constante felicidad. Pero acuérdate que no serás tú sino será Él
quien te lo podrá enseñar. No cejes pues ahora, de perseverar
Una leyenda entonces, será
tu figura, tal vez un murmullo pintará tus ojos incrédulos pero serás una
estrella radiante en un sol que alumbra pero que no ciega a los desesperados.
Tal vez estarás entre las habladurías de la gente o en las tempestades
terribles de la arena. Aquellas que son siempre sórdidas, distantes,
impertinentes, esas que no forman parte de nosotros y quizá allí te encuentres,
en las pretensiones de un renegado, de un orate olvidado o de aquél que no
quiso volver nunca, pero que jamás lo habría intentado…
Roque Puell López Lavalle
jueves, 28 de marzo de 2024
Al canto de la orilla
Quisiera caminar contigo a
la luz de la luna, al borde de la orilla y como la arena nos recibe; vasta,
generosa, disfrutando juntos el vuelo de las aves, del mar que se agita
impredecible a nuestros pies, así como me inquieta alegre tu mirada. Tus bellos
ojos negros son aquel resplandor que me ilumina, son la luz que pinta tu candor
y que me invita atrevido a besarte.
Tus deseos me contemplan
diciéndome:
"Quédate conmigo esta noche,
veamos juntos cómo se oculta la luna y busquemos el amor, háblame tú como
siempre lo haces, con tu voz tierna y rebelde. ¿La ves ahora, cómo nos sonríe?”
Afortunado soy al
encontrarte, que soy tirano al no dejarte escapar y querré ser tu más dulce
amante aunque no sepa cómo terminará esta aventura. Que me quieres como yo, eso
es historia, cuéntame la verdad: No digas que somos pequeños porque te pienso
mucho aunque no siempre estés en mi regazo. Las palabras que nos decimos son
poemas, acaso delicados versos que se pierden en la inmensidad de la noche que
confiesan nuestros anhelos, que se refugian en el alma para luego estar en
silencio. Te amo y yo no quisiera perderte porque yo te llevaría muy lejos sin
atender a tus ruegos. Y ahora queda mis intenciones para dar fin a las
preguntas, muera entonces, el vano sufrimiento.
¿Todavía quieres escucharme?
"Sí pero ahora quiero que me
hables con las manos y que nuestros mimos se fundan en el horizonte y así reírnos
de los cuentos trasnochados"
¡Ah mujer! No me tildes de
anticuado…
"Tus amores calmen mis miedos y
mis esperanzas, tu corazón viva intensamente con el mío sin saber del tiempo y
la distancia, que nunca muera la pasión ni la noche porque ya no importa como
tampoco el mañana".
Quiero entonces, dibujarte a
besos y admirarte toda para cambiar mis pensamientos por tus incesantes
tormentos. Ahora solo quiero convencerme que esto no es un sueño de muchachos,
que no hablemos más y vivamos sin cuidados que hoy mismo nos amamos…
"Entonces, sígueme contando tus
bellas intenciones, tus locuras y ocurrencias que tanto hacen falta a mi
corazón amedrentado y que nunca se te ocurra, terminar este momento que por fin
nos ha encontrado. ¿Me lo dirás?”
Claro que sí mujer, pero
después me gustaría que caminemos recibiendo a la brisa, quizás extrañando a
las aves que se fueron, dejando nuestras huellas en la arena para que no se
borren nunca y que las recordemos siempre, al canto de la orilla…
Roque Puell López Lavalle
El viejo baúl
Subí al desván de mi casa
aquella tarde, algo me atrajo a él y hacia un deteriorado baúl abandonado en la
esquina del tejado. Las telarañas y el polvo, pronto delataron el olvido que sufrió
el pobre armatoste. No solo fue por el cúmulo de cosas viejas en su interior
sino también por las ideas de antaño y quizá por los sentimientos encontrados
que se encontraban envueltos en muchos recuerdos truncos que no volverán. La
fatalidad confundida con la indiferencia hicieron su parte, la memoria olvidó
la forma de mis vivencias y mi cuerpo ajado por los años, confirmaba que quizá
yo no estaba vivo sino que iría camino al más allá porque solo soy un peregrino
rumbo a mi patria nueva que ya no se encontrará aquí.
Sin embargo, hurgué entre
las fotos amarillentas, rotas y viejas así como los manuscritos sin
importancia, tan antiguos como las postales de hilo y huevo que fueron
fabricadas a comienzos de un siglo que ya nadie recuerda. Entonces, encontré
una carta de ésa época. Mis manos temblorosas desdoblaron poco a poco la hoja
sin sobre y empecé a leerla, ¿Era mía? Sí, pero si era para ella por qué la
tenía que tener yo, no lo sé, no lo recuerdo, pero vino a mi memoria ahora
frágil, que hice una copia cuando joven para saber que necesitaba recordar cómo
fue la última manera de amarte o quizá qué pasó en el último instante de tu
temprana despedida.
Leyéndola, recordaba aquél
día frente al mar donde me dijiste que me amabas. Yo nervioso, no supe que
decir pero me miraste con tus bellos ojos y yo esquivé tu mirada. Tomé valor,
cogí tu mano y me acerqué a ti. Estábamos solos y nuestras miradas despertaron al
amor. Descubrí entonces que también correspondía a tu amor y sin decir palabra,
te vi muy asustada. Solo me sonreíste pero no te marchaste y presurosa quisiste
decirme algo, más no pudiste. Quedaste así en una sonrosada vergüenza, no
podías creerlo, estabas frente a mí y te enfrentabas a lo que siempre habrías
querido. Yo no pude retroceder porque en mi pasado quedaban mil preguntas y
muchas dudas, más te besé tierno y apasionado. ¿No lo recuerdas? Tú me
correspondiste igual, con no poca pasión y alterada como te encontrabas, solo
musitaste frases incomprensibles. Era tu gran amor pero extrañamente estábamos
en esa lejana y fría playa, alejados del mundo que nos circundaba...
La nostalgia entre los dos
nos hizo recordar lo que hicimos y la música de aquél violín lejano que se escuchaba,
parecía envolvernos en un hermoso frenesí. Las aves graznaban su acostumbrado
chirrido y pronto veríamos juntos el atardecer. Aquellos colores fueron
testigos de cómo dos seres, pudieron encontrarse aun cuando jóvenes jamás se
habían visto. ¿Por qué tardaste tanto? ¡Era un solo beso apasionado y eso
significaba mucho para nosotros! ¡Quién creyera tanta dulzura! El sol se
ocultaban a nuestros ojos, ya era tarde y pronto anochecería… ¡Qué temeridad!
Te pregunté muchas cosas pero tú asentiste con la cabeza lo que tus palabras no
supieron confirmar. Yo comprendí entonces que en ese momento fue el silencio
más elocuente que las palabras, pero pensé que en algunas ocasiones, también
podría convertirse en un miserable traidor...
Volvíamos así, presurosos
por la orilla. La espuma mojó nuestros pies y la brisa se puso furiosa, el sol
ya no se veía, apenas una tenue línea naranja denotaba su tímida existencia.
Presentí que habría un final y emocionado te quise dar mi último beso porque el
mar ya rugía contra nosotros y la oscuridad empezaba a reinar. De pronto, tu
cuerpo frágil se quebró entre mis brazos y una luz de muerte iluminó mi mente
para no poder reaccionar. Habías muerto súbitamente y no volviste a mis ojos
desesperados ni a mi voz temblorosa porque ya no podías verme por más que quise
hacerte reaccionar. Te fuiste como se va un suspiro, desapareciste ante mis
ojos convirtiéndote en un fantasma. La fatalidad entonces, se imponía y ni siquiera tu olor a
mujer pude conservar. Aquella confusión, me hizo llorar amargamente y luego me
di cuenta que mentiste para yo quedarme con mi soledad...
¡Oh, súbita sorpresa! Sin
imaginarlo, desperté de forma inesperada pero sobresaltado, exhausto, sudando copiosamente y pálido con
las huellas magras en mi rostro por un gran esfuerzo. Me di cuenta que me
hallaba otra vez en el desván ante el baúl polvoriento. Parecía que fue una eternidad y solo fueron
unas horas que se convirtieron en una gran pesadilla. ¡Qué extraña imaginación
por leer un papel tan antiguo y sin un vocativo que nunca contesté!
Quizá fue una realidad de mi
vida solitaria, yo también morí por dentro cuando partiste a la eternidad. Pero
a pesar de mis errores, tuve la esperanza de un esperado perdón tuyo, aquél que
siempre evitó el querer saludarme….
Roque Puell López
Lavalle
A ti
Presiento
yo que en este día, las lluvias habrían
llegado a ti
porque
la eterna primavera, hacía ratos que la vi partir.
Más
tú aparecías por momentos y por casualidad,
al
saber yo que lo tuyo, se tornaba en cenizas
vi tu
carita bella, como el mes de Abril.
Atento
observo en tus ojos muy cansados, tu querer dormitar
pero
escuchando que tu voz es tan fuerte en esa pena,
raudo
te aviso que por ti, ella nunca querrá cambiar.
¿Por
qué entonces, no me cuentas tu pesar?
Yo
no pretendo ser ahora, el mismísimo contendor de la fe
ni
estar orgulloso de ser el santo de los imposibles.
Pero
seré por siempre el héroe de tus películas
donde
nadie ni nada, me quitará el papel.
Escucha
y entiende mujer, que mi cariño está demostrado
y que
no importa la distancia ni mi papel reservado.
Porque
cuentas con mis palabras y consejos.
Porque
vivirás con mi amor que es tuyo.
y veré
brillar tus ojos nuevamente
al
cumplir mi deseo cumplido,
de verte sonreír…
Roque
Puell López Lavalle
Link: https://www.youtube.com/watch?v=rLhawhZtAhI
Amigo de blanco
Bancos de azul, verde y blanco, se mueven en todas direcciones. Comienza el día en la casa grande. Las lecturas, la atención, el afán, el re...
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Mi barco azul por las aguas lejanas va rumbo a lo que no se conoce y tu indiferencia fue lo que se bebió como el trago amargo de mi sil...
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Le plació al Creador en lejanos tiempos darle un territorio a un pueblo que él escogió. Pero estos fueron un grupo pequeño, rebelde y contra...