Otros contemplan el simple baile del cariño espontáneo y de las promesas porque que salen de un corazón alegre. Son los pasos de la conciencia y de la imaginación. Ellos se improvisan en los sentimientos porque lo que se canta; no se escucha, pero tampoco se buscan los vanos motivos para decir que no.
Los bailes de los amigos también, se miran en el azul del cielo sin apego y en las estrellas, el recuerdo. Son solo bellos juramentos y los gratos encuentros de un viajero, pero carentes de una verdad. Son las mentiras verdaderas del olvido y de las palabras sin alardear.
Por ello, me dedico a bailar hasta muy tarde, cuando la noche es azul y cuando el grillo canta. Quizá para olvidarte siempre, para no existir en tu mirada y no vivir de mis celos. Aun tengo un sentimiento y no quisiera perderte pero tu silencio largo, me dice que no lo aceptarás. Solo te esperaría en el silencio de las sombras y decirte todo para no extrañarte…
Roque Puell López - Lavalle
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