Esta noche de fríos, me he enfermado del recuerdo. ¿No en vano vienen los momentos, no en vano viene el silencio que irrumpe la conciencia y que busca el sueño del guerrero, para querer convertirlo en una realidad?
II
Son por eso mis ojos, los azules del mar por extrañarte y no serán distantes mañanas para cobijar tu corazón entre mi pecho y darte mi amor. ¿Acaso el hombre no puede atesorar el fuego sin quemarse entre las brasas?
III
Pero ansioso espero tu respuesta y un beso tuyo con clarísimo fervor. Que no tengas miedo es mi deseo, que no me creas de hielo por el tiempo, que yo te amo todavía y que ahora, entre los cánticos de las aves que preceden el amanecer, no sepultes nunca mi voz...
Roque Puell López - Lavalle
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