
Me haré a la mar, me voy a su inmensidad para encontrar el misterio de mi existencia. Buscaré la aventura y la providencia de Quien me lleva a la distancia para darme cuenta de que solo soy tan solo una pequeña gota que brindo a la vida. Seré tal vez testigo de mis conquistas y consciente de mi bravura, me sorprenderé de la calma de su grandeza así como del sosiego en una noche estrellada. Gozaré de la paz que me regala un atardecer, renacerán mis esperanzas de crecer porque las tormentas pasaron y solo dependerá de mí que siga el camino del nuevo amanecer. Las espumas mojarán mis pies, las olas que se rompen en la orilla me darán la bienvenida y quizás vea el mundo sin sentido, sin tanta vanidad sentida.
Pero también observaré la bondad de aquellos que se sirven del gigante para tener vida y sustento. ¿Creeré acaso en las sirenas? No, ya no escucho esos cuentos, será el canto del mar golpeando los acantilados y sí veré su enojo cuando empiecen a levantarse. No le tengo temor al contemplarlo tan de cerca, más bien admiro su bondad cuando las aves vienen por su alimento, cuando los delfines juegan porque viven en libertad y me emociono cuando veo a los habitantes que le cantan agradecidos en pos de quererse regocijar.
Estoy en deuda por la oportunidad de soñar, pocos son los lugares que él ofrece para que le hable sin que nadie me escuche y guarde mis secretos, de repente los más humanos o los más terribles. Pero en el fondo de mi corazón se lo digo para saber que tengo un amigo que me puede entender. Recuerdo que cuando joven, fui al muelle y le dejé un barquito de papel con un deseo, él se lo llevó y aunque nunca lo vi de regreso, él me dio la oportunidad de conocerlo de la manera como él quiso y me dio en ese momento, la alegría que minutos antes mi corazón la había perdido.
Soy el marinero azul tal como es el mar o como el color oscuro de su rostro, tal vez más diverso dependiendo dónde estaré cuando me vaya a embarcar. No dudo en seguir conociéndolo en todas sus formas, momentos o dificultades, querrás atesorarlo como lo hago en este momento o no. Pero si estoy seguro, que si lo haces, tu vida cambiará.
Roque Puell López Lavalle
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