lunes, 26 de mayo de 2025

La imaginación

 


Desde pequeño te interesó la vida en otras tierras, tu imaginación volaba entre los mares del mundo, pero tenías la esperanza de viajar alguna vez aun cuando eso significara el alejamiento de lo que más querías entre la familia y la amistad. Pero nunca dejaste de visitar la Capitanía del puerto cercano a tu casa. Te emocionaba viajar aunque sea en tu imaginación de niño.

        Pero el barco de la “amistad” fue puesto en la rada y estaba expuestito a toda suerte de enfrentamientos. Del tuyo o del mío, pero si no tenías la sangre de vivir de corazón al desafío, no lo disfrutarías por más que busques tu valor. no lo encontrarás Si no nace contigo, pensaba, me marcho y así olvido pronto esta sed de aventura que siempre me acompañó desde muy pequeño.

      El cielo responde a la aurora, sientes que la brisa anuncia un nuevo día, un nuevo despertar, el amor quizás te espere, quizá quiere un día porque la soñaste estrechándola a tu pecho diciéndote que te amaba. Pero infunde tu coraza que no la encontrarás, que otros duendes la habrán de enamorar. Su respuesta fue ser el amigo eterno pero tú destruirás la razón que te incomoda y que te hiere porque jamás renunciarás a tu sentir.

      Más el destino, el vaivén inconcluso de la humanidad, te dio el adiós a la respuesta necesaria y te embarcarse para otras tierras conquistar. Y la fantasía se enamora y huye de su rutina, de sus castillos inexpugnables del silencio. No parecía ser así por la forma de mirar, por la voz quebrada de alguien que supo amar. Pero las hadas del bosque imaginario prefieren vivir en paz en su etéreo mundo del misterio y su inquebrantable voluntad.

       Te embarcaste en un barco cargado de cañones, acaso para enfrentar alguna novedad y viviste con una dotación de piratas en cubierta que no sabían escribir su nombre ni mucho menos los móldales contemplar. El Capitán del armatoste te miró con recelo pero tú, hambriento de olvidar te fuiste por los siete mares y a saber si ibas a regresar. Pero tu ánimo pronto y tu calidez hicieron llevadera la travesía entre los curtidos marineros y la amistad desplegada entre sus disímiles temperamentos.

    Admirados de tu valentía, se fraguó un combate en alta mar y fue la oportunidad de mostrar lo mucho que aprendiste en tu vida sin paz A diestra y siniestra lo hombres cayeron, tú perdiste para de ti y a pesar de todo tu aliento y tu humanidad dispuesta, convertiste todo en casi una hermandad. Vino tinto después de la victoria, orondo tú entre la algarabía y las botijas, los manjares de la vida marina no se hicieron esperar, Habían burlado nuevamente a la muerte obstinada en triunfar.

    Soñó en silencio pero sin palabras mirando al cielo y quién sabe, quiso verte de nuevo pero el día que partiste ni siquiera se inmutó por tu partida habida cuenta que se enteró un año después. Sus antiguos pretendientes de barba y de galones, se habían marchado y algunos murieron en batalla. Decidió entonces recorrer sola todas noches el puerto, entender quizá los motivos del mar y la atracción que este infundía en la mente y la voluntad de los hombres hasta el punto de dejar todo por sus idéales. Más por fortuna, ella nunca obtuvo respuesta…

  Habían pasado algunos años y una mañana muy fría, el vigía avistó tierra firme. Los marineros se agolparon en la proa y así las cosas, sonrió con sorpresa en el timonel, el viejo Gaspar. Regresaban a Puerto Escondido, pronto el Capitán confirmó el regreso a los curiosos. Saliste de tu camarote y divisaste a lo lejos los navíos del viejo insigne que muchos años sirvió de despensa a los habitantes del lugar. Algo pareció haber cambiado porque ya se hablaba de un proyecto militar.

  Pero tus ojos divisaban a medida que tu barco se acercaba, una silueta, un sueño imposible de concebirlo, un recuento del pasado que se hacía notorio si no ignorabas a propósito lo que mirabas. Rarísimo, tú ya habías cambiado con los años. No obstante, eran seguramente las luces y las sombras, lo veraz o los cuentos. Pero ahí estaba y fuera de si te preguntaste muy sorprendido ¿Sería la imaginación una realidad?

Roque Puell López – Lavalle

 



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Entre tanto

            A otra tumba llevas las flores recién cortadas, hija de las circunstancias, a otros duendecillos compartirás el aroma de tus des...