lunes, 7 de julio de 2025

Entre tanto

 

        A otra tumba llevas las flores recién cortadas, hija de las circunstancias, a otros duendecillos compartirás el aroma de tus deseos no cumplidos. Ellos hacen ruido como el eco de tu indiferencia en las palabras que no pronunciaste o en los recuerdos idos que alguna vez tuvimos. Frías son las mañanas porque no sabes dar un beso porque es mejor callar lo que piensas porque no decir nada es tu vergüenza. Fría también es mi soledad que me alimenta y me sustenta para tener un motivo más para recordar viejas desavenencias.

         El hombre admirable de antes, ya no existe porque hoy es solo un muñeco de trapo, un payaso colorido que llora de tus incontables caprichos. Algo pasó de repente en nuestras vidas pero yo siempre fui optimista y tú eras la mujer fatal. Grandes pensamientos fueron los que anhelábamos pero te marchaste con tus ojos altivos, huiste lejos de un amor naciente, no construiste un bonito romance que pudo ser tan fuerte con tan solo un chasquido. ¡Te olvidaste tan pronto y sin vacilar, que quizá pudimos ser el futuro diferente!

          Decían algunos que fuimos los mejores amigos y los mejores actores porque nadie se daba cuenta que nuestra lucha era tan especial y tan cruenta. Pero las vicisitudes de siempre borraron el cariño que me tuviste. Igual se acabaron los temblores del encuentro y +el corazón fiel que me regalaste porque hoy ya no se preocupa de lo que siento. Ahora escucho tus ironías que no me hacen mella y que no contentan a nadie. ¿Hasta cuándo pues, he de tener esta sinfonía? ¿Hasta qué momento he de tener que soportarla?

        Será hasta que te canses de mi osadía por quererte con esa falta de perdón en el susurro de tu ego o en tus palabras que algún día pensaste y que ahora no las puedo escuchar. Pero me preocupa a veces el no saber a ciencia cierta con qué rama de árbol puedo cobijarme o con que otra debo defenderme porque te encargaste tú de no creerme que todavía te amo. Será una nueva ley que se promulga. ¿Un nuevo mandamiento? O tal vez sea la aspereza de la sentencia a un buen amor, que hoy no se explica...

        Se ama con lo que no tienes y se quiere con lo que sientes, pero hoy ya no heredarás la fortuna de mi sentimiento porque acumulas un trabajo impuesto y es un cumplido si saludas a tu amor fallido que no busca ayuda pero a mí sí me exiges cuando me ves de lejos y murmuras de mi existencia cuando ya me estás perdiendo. ¡Quién te entiende! Otra vez vendría la rutina del hoy no me acuerdo, o que lo confirme el Eterno o quién sabe, aparecerían las miradas indiscretas que se extravían en los laberintos del caminar de la gente indecente. ¡Qué vanidad la nuestra!

        Y mi lugar quedará vacío y esperarás expresarte cuando sea la oportunidad necesaria.  Seguramente yo olvidaré mi pesar en mí peregrinar de un día cualquiera. Quizás me engañaré contándome el cuento del amor frustrado, de repente buscaré en otras mujeres, el sueño de la mirada tierna. Anhelaré otros cuerpos para no querer ver el tuyo, le preguntaré a Valeria si me cree que la amo con tan solo verla. Me aturdiré al fin y al cabo si es que así me quiera encontrar la felicidad. Entre tanto, mi alma se quedará sola y sin extrañarte aunque ella huyó de mí sin despedirse…

Roque Puell López - Lavalle


domingo, 6 de julio de 2025

Mi último poemario

 


Habías vuelto después de un largo tiempo de las Europas y fue tan corto el momento de vernos. Ni siquiera fuimos al mar, sólo lo miramos de lejos, desde el malecón, viendo a las gaviotas volar. Qué belleza vieron mis ojos, cómo habías cambiado, siempre con tu carita de niña curiosa al encontrarte conmigo y tus ojos grandes, capulíes, de tanto soñar. En nada se convirtieron las horas que hablamos, la conversación ya no era como la de antes, las que se cristalizaba cuando ambos nos buscábamos pero qué carácter.. Esas historias nuestros recuerdos, que se convertían en paradójicas cuando era difícil de crecer. 

Sin embargo, ya no éramos los adolescentes y ya no estábamos solos pero conservamos la alegría, el cariño, la paz de ser unidos y el de querernos mucho como hacían los tiempos. Es una verdad manifiesta, es una sinceridad espontánea, un quererte como eras y tú de quererme como quisieras. Pero ese día tú te tuviste que marchar luego del paseo de aguas, después de saber abrazarte y tomarte de la mano como antaño, en aquella cálida noche veraniega de ese año.

Y volaste en medio del cielo oscuro de la tardía estación. No sé en cuántas lunas vendrás, ojalá que no sea en nueve años, ni en nueve meses. ¿Por cuánto tiempo me dirás? Cuéntame hasta entonces, de aquél día en que no te vi partir. Ni una despedida, ni un quejido de pena para mí. Es el destino que nos separa, es el inmenso océano que ya no significa nada, solo es un pálido reflejo, convertido en un recuerdo para ti.

Pero qué lata la mía, no estuve ese día en el Aeropuerto para tu despedida. Ahora mis pensamientos se fueron contigo y mis preguntas también. No te olvides de la invitación para tu boda, espero ir, en mi lejano sueño, en mi viaje imaginario para no quedarme en aquél adiós que no se consumó. ¿Te podré escribir? Pero te llevaste mi recuerdo y ni siquiera mi último beso extraño, pero tampoco mujer, mi último poemario…

Roque Puell López- Lavalle

Almanzor

 


Las callecitas eran todas empedradas y las casas estaban sumidas en el silencio de sus pocos habitantes La indiferencia era una característica del lugar que se pintaba lleno de verdor por la abundante flora pero se componía además, de una incipiente fauna. Sin embargo, se escuchaba solamente el soplar del viento que parecía perdido entre las montañas y entre las quebradas asonantes que las rodeaban. Pero así las cosas, entre la soledad reinante y las puestas de sol, vivía Almanzor.

Este personaje, encontró en la lectura y en el arte de las pinturas, las cruentas batallas de su conciencia, las preguntas de su yo ensimismado por los colores vivos y en algunas ocasiones por las letras muertas de un viejo libro de vidas medievales que siempre leía. Pensó que podría construir una vida distinta si quisiera pero en el ocaso, la acabarla dándole solemnemente un respiro y así, poderla terminar. Entonces, surgiría la rebeldía dentro de su interior pues creía que era el dueño de la vida porque en ella podría darle a sus personajes, un futuro prometedor sin menoscabo de un compromiso. Así pues, el pueblo podría haber sido muy solitario pero él lo miraba con desdén porque la quietud de un cementerio era su mejor inspiración y sin embargo, poco o nada le importaba.      

Fue en esas circunstancias que en su prolífica imaginación, una espada resplandeciente bajó del cielo en una forma amenazante y él no teniendo alguna defensa, cayó de bruces. ¿Era una alucinación? ¿Estaría soñando despierto? ¿Se habría vuelto loco? Eso pensó y levantándose, arremetió con ira y desconfianza pero gritando desaforado: “¿Acaso tienen ustedes una misión para mí para que tengan que mandarme solamente una espada para liderar? Hubo entonces un silencio, una quietud insoportable y no hubo por supuesto una respuesta…

Él no se inmutó, parecía que conocía el origen y el motivo de tremenda experiencia. Sin temor entonces, tomó la espada que estaba incrustada en la tierra y quiso alzarla hasta el cielo creyendo así tener una revelación inmediata ante su osadía, pero descubrió que una fuerza invisible llenaba su ser y oyó una voz profunda que le decía que debía de conquistar no el mundo de su alrededor, sino los propios abismos de su ser. Descubrió entonces que era su desesperante soledad que se encontraba centrada en el ego de su propia existencia. Vio después que no eran los tesoros extraños que debía arrancar de otras tierras, no, ahora tenía que enarbolar sus propias banderas y pelear las batallas de su propios pensamientos que ahora lo angustiaban. Al saber esto, no pudo sostener más la espada entre sus manos y cayendo otra vez bruscamente hacia atrás, quedó  invadido de en un profundo sueño. Las horas parecían interminables, nada parecía cambiar pero anocheció rápidamente y sintiéndose el frío acostumbrado de aquellos lugares, la luna llena no tardó en reinar…

Al día siguiente, unos pastores lo encontraron casualmente y asustados fueron hacia él y lo vieron maltrecho. Lo reanimaron echándole agua fresca en su rostro y el escritor pudo sentir recién una tranquilidad que invadía su alma. Luego sonrió dirigiendo su mirada al cielo y los pastores se sorprendieron no creyendo lo que le acontecía. Almanzor había sufrido una terrible depresión y no estaba ecuánime.  En ese instante, fijó sus ojos al pueblo perdiendo su mirada en el inmenso bosque.  Sin decir una sola palabra, cerró sus ojos para siempre sintiéndose feliz. Se fue conquistando a quien un día, lo abandonó…

Roque Puell López - Lavalle

Vuelan las palabras


            Las palabras dichas con desamor y con medias verdades, son las que causan decepción y tristeza por quien las dice y las sostiene. Por eso cuando aquella deslealtad se guarda en el tiempo saliendo luego a la luz, brota la desconfianza. ¿Quién es el más necio como el que quiere ser más justo? Porque es igual si defendiera a la verdad con tenacidad porque tarde o temprano merecería la luz diáfana de un nuevo día, pero no necesariamente por sus palabras vanas y escondidas. ¿Quién es el más injusto como el que habla de sufrimiento cuando afirma que él no puede amar? Que la carencia de aquella virtud no se mella por la deshonra sino por un egoísmo disfrazado de piedad. Así el ego en su contentamiento, se gobierna él y de ese alimento engañoso, muchos viven felices.

            ¿Quién hablaría hoy de las vanas palabras recibidas con rencor? ¿Quién se quejaría del fruto del desamor? Nadie, porque cuando los agravios ahora no parecen terminar, hoy vienen los dizque moralistas de quienes no les importan el respeto y los valores, creyendo así tener el derecho y libertad de criticar a los demás. Si las acusaciones en el juicio, se le imputaran al verdadero culpable, bien hubiese motivos suficientes para condenarlo. ¿Por qué habría de ser perdonado? Pero si se trataran de esas culpas absurdas, más las mentiras sin ninguna base de razonamiento, la justicia se tornaría ciega y desequilibrada.

        Pero así las cosas, los pensamientos rectos y los corazones justos, parecieran ser inútiles. No existe cura para los demás sermones, ni existen libros para tales acciones. Lo que vale es la conciencia desligada de las tendenciosas mentiras y la actitud necia de los contendores. Lo que cuenta es la esencia misma del amor al ser humano sin pretextos ni excepciones. Pero si se pierde o se niega la realidad, ¿Quién la podría encontrar? Más la fe no se quebranta y solo espera para bien o para mal. Lo que se siembra al fin, en las almas, una cosecha tendrá que brotar, un tallo habrá de nacer y alguna flor tendrá que prevalecer, sea en la vida de bondad o sea en sendero de la maldad. Tal vez ocurra en el más absoluto silencio o quizá lo veamos en en el bullicio, pero siempre habrá consecuencias, aquí mismo y en la eternidad...

Roque Puell López - Lavalle

lunes, 30 de junio de 2025

Apasionado


         Caía la tarde de Junio, todavía el cielo brillaba y era como el horizonte interminable en la lejanía. Bajo las promesas dadas de los dos, pasaron de cerca las miradas de los curiosos, también los recuerdos encontrados del apasionado más no de su conciencia vivida en ese momento. Pero entre las nubes del firmamento nuboso, el apasionado mata sus penas y no se arrepiente porque ama a Dios, no ama a su madre porque está muerta pero sí quiere a la niña mora sintiéndose extraviado. Se conmueve por su pasado pero ríe por el beso ganado, por tener consigo a la de cabellos rulos que no tiene penas porque perdió el sentido y porque atrás quedó el nombre de su casta en la vergüenza de un abrazo.

        El apasionado luego de meses se quedó solo, la niña mora había traicionado su promesa y parecía ser la más confiable por los sueños que compartieron y por el lecho que durmieron donde sus ojos contemplaron el amanecer de un nuevo día. El amante confuso o sorprendido, vuelve a tocar su corazón y descubre en su interior, el puñal de la verdad, lleno de muchas falsedades. Decepcionado entonces por la realidad, asumió valientemente su pérdida. Pidió fervoroso el perdón a Dios y con un silencioso suspiro, muere...

Roque Puell López - Lavalle

Un ciego pudiera verla


            Mi hija, mujer ahora que ya creció, dejó atrás a sus muñecas porque hoy es una gran promesa. Lucha con esfuerzo para llenarme de orgullo y querer ser mejor es su meta. En un mes de este año, viajó ilusionada para conquistar su  sueños y muy valiente estuvo laborando en lo que consiguió con empeño por la perseverancia, por el tiempo y por el mejor llevar de su conocimiento.
                                                                    II
         Pero donde se yergue el Domo de la fe, el diablo construye una Capilla. Aquello más parecía un coro de herejías que claveles, donde el silencio deja inútil a la mano extendida y las buenas obras se encuentran escondidas. ¡Qué contradicción es lo que se dice con el cumplimiento de de una decencia prometida!
                                                                    III
              Más luego triunfaron las verdades eternas. y quedó la mentira rota entre las brumas. No progresaron los entredichos sin sustento y se coronó la realidad manifiesta. Atrás quedaron los testigos falsos y las imaginarias ideas de un acusación tan falsa como desmedida. Poner en el cadalso a una conducta pura y sin malicia a solamente  suposiciones. Es un mensaje a todas luces sin valor, sin sentido. Y si son dichos por una brujas sin deber, es mejor no creer.
                                                                     IV
           Qué triste es la apariencia que se vive en tantos años, qué terrible es la creencia que no es verdadera porque el amor de muchos se enfría din moramientos. Se convierte así en pura palabrería y las canciones suenan solamente como puras majaderías. Tanto es la patraña; que ahora pienso de repente que un ciego, pudiera verla.

Roque Puell López - Lavalle



miércoles, 28 de mayo de 2025

Nosotros teníamos razón




De tan larga estatura como todavía eres, la vida nos había encontrado en medio de una trifulca en el parque central de Miraflores donde celebrábamos alegres el empate de un partido de fútbol jugado por nuestra Selección. Todo el distrito y sus calles estaban de fiesta, se formaban interminables caravanas, los sonidos de las bocinas por los carros, arengas y vivas desaforadas de un gran encuentro recién finalizado. Los discursos a nuestro país por ser siempre los mejores estuvieron en boca de todos. El tránsito había sido paralizado para una noche que prometía ser larga y descontrolada. 

Pero resulta que en medio de todo, unos malandrines le habían metido la mano a la Gabriela faltándole el respeto y nosotros, sus amigos, nos fuimos corriendo a defenderla. Cuando nos pusimos frente a ellos, tú no decidías vengar a la hermana de nuestro común amigo que vivía cerca a mi casa pero yo si quería liberar pronto mis hormonas alborotadas.

Entonces, tuve que ser yo el que comencé con los trompicones porque tú no cedías a la provocación que hacía ratos fue anunciada por este grupo de muchachos. Cuando vinieron hacia nosotros, después de los insultos, no te quedó otra que intervenir para sacar la cara por mí porque fui el primero en lanzar el primer puñete en la cara del otro.  Todo se convirtió en ese momento en una gran pelea porque repartimos golpes y patadas a diestra y a siniestra. Parecía que todo no iba a terminar tan temprano. Recuerdo como si fuera ayer, que una piedra lanzada de gran tamaño, venía hacia tu cabeza y la verdad no sé cómo volé de esquina a esquina como el mejor arquero y pude contenerla justo a tiempo para que no se estrellara con tu "ingenuo" cerebro. ¡Pucha, todavía me duele la mano!

De los cuatro que éramos, contra los nueve implicados, vencimos a duras penas a los culpables pero vino la Guardia Civil de aquél entonces para llevarnos a todos presos por la bronca en la calle. Sin embargo, llegaron y nos encontraron a todos abrazados dando vivas por nuestra Selección y hasta pensaron que éramos los "hermanitos", del mismo partido. Más no se la creyeron así que tuvimos que huir rápidamente en medio del parque, yo con mi camisa rota y tú con la mirada tonta. Los demás estaban asustados y se fueron cada uno por su lado.  Los guardias ya nos alcanzaban, faltaba poco pero yo con las justas me las ingenié y alcancé un taxi. El chofer asustado me preguntó: ¿A dónde va joven? "A seguir celebrando el empate", le dije pero luego reaccioné alegando: ¡¡ Pero me lleva a mi casa carajo!! Y sin darle todavía la dirección dónde vivía, volteó el carro por la avenida principal y jocosamente, pasé en medio de los que me perseguían...

Son remembranzas de los años setenta y recordarlas hoy es una gran alegría por un gran partido de estos buenos futbolistas. Julio es todavía un gran amigo y un aguerrido hermano que el destino nos unió en aquella oportunidad. Esas broncas de los veinte años, todavía hoy viven en mi corazón y cuando a veces paso por ese parque, tan lleno de historias, siempre sonrío y a pesar del tiempo, siempre lo reitero y lo reiteraré siempre por lo que queda de mi vida porque todavía afirmo que: "Nosotros, teníamos razón."

Roque Puell López - Lavalle

martes, 27 de mayo de 2025

La bitácora azul



            La emoción de llegar, poco a poco me consumía con tan solo pensar que podría  encontrar después de tanto navegar. Los otros marineros no cabían en su asombro después de tantas vicisitudes por fin sus sueños comenzaron a vislumbrarse. No infundía el aliento del cómo llegar , el alma se contentaba tan solo con el pisar el continente prohibido o tal vez el mundo nuevo que nos había de encontrar. Unos reían, otros miraban el horizonte indiferentes porque no podían creerlo y sin embargo, todos sudaban  copiosamente  pues no sabrían qué iba a acontecerles.

                En mi bitácora azul, escribí todas lasa contingencias con detalle  al igual que todas las novedades con tesón. Mi pluma no desfallecía por cuantas peripecias o aventuras cortas de mi tripulación.  Era el Capitán pero parecía un crío que sus padres lo llevaban a los lugares del juego en el campo del su pueblo y donde la diversión no terminaba de comenzar.

                    Y de repente en mis emociones sin par, se encendió el furor o la controvertida angustia del temor. El cielo radiante se convirtió en un negro turbión. pero este no cesaba aunque estábamos acostumbrados  pero este fenómeno era diferente. Se escucharon ruidos en el firmamento. Sabía que eran lo temidos truenos que iluminaban todo y sin  embargo, los fuertes vientos tampoco se hicieron esperar. Grandes ráfagas golpearon nuestra embarcación, perdimos por memento el rumbo pero gracias al Eterno que  lo recuperamos en medio de rayos y el aguacero intenso.

                Una tensa calma nos invadió a todos, un intenso de  deseo de sobrevivir se tradujo en los rostros desencajados de la tripulación. Nuestro barco estaba a la deriva si no fuera por el viejo Sánchez, el timonel  encallecido por tantas tormentas pero que lo supo controlar. Y nosotros ajustando el velamen y asegurando carga porque ni sabíamos a ciencia cierta el final. Muchos habíamos experimentado el embate de la naturaleza pero no faltaron los que rezaron fúlgidos del enojo que llevaba pero tenían que soportarlo. Parecía que no llegábamos al prometido continente, quizá a la tumba que según algunos les esperaba por tal tempestad.

                 Pasaron las horas y por fin se rompió el cielo, una luz brillante cortó el firmamento y de a pocos el aguacero comenzó a amainar. ¡Empiecen a subir las velas! ¡aseguren los cabos! ¡Vamos a estribor! Eran las órdenes, eran las esperanzas que todos merecíamos esperar. 

En eso, toca la puerta de mi camarote mi adjunto, un oficial joven de unos 30 años de edad y me pregunta preocupado:

                                - ¿Por qué tenía miedo Capitán?

                                - ¿Estás loco?  ¿De qué miedo me hablas?  Refunfuñé....

                                - Capitán, lo que pasa es que.....

                                - Mira, - le contesté - hace mucho tiempo, tuve que empacar diez años                                    de mi vida en un par de bolsas negras y embarcarme en el puerto a                                     empezar desde cero. ¿No sé de qué miedo hablas? Y tú tampoco sabes                                de lo que hablas. Traes puro sueño. ¡Vete a dormir hombre!

                             Y es verdad. Con la emoción del incidente, me olvidé del miedo. Creo que estaba más preocupado por mi tripulación . Quizá me habría sentdo algo inseguro como es natural pero en ese momento no se me pasó por la cabeza por saber dominarlo. Mi adjunto lo después más tranquilo y le pude explicar  que la fe en Quien nos creó es lo que me ayudó también a superar todo cuanto pasé. Luego de un tiempo corto, para beneplácito de todos, el sol salió más brillante que de costumbre y al fin completé mi sueño. ¿Estás conmigo? Le escribí a todos mis amigos en mi bitácora azul. No lo pudieron creer...

Roque Puell López - Lavalle




                
                                







 

lunes, 26 de mayo de 2025

La imaginación

 


Desde pequeño te interesó la vida en otras tierras, tu imaginación volaba entre los mares del mundo, pero tenías la esperanza de viajar alguna vez aun cuando eso significara el alejamiento de lo que más querías entre la familia y la amistad. Pero nunca dejaste de visitar la Capitanía del puerto cercano a tu casa. Te emocionaba viajar aunque sea en tu imaginación de niño.

        Pero el barco de la “amistad” fue puesto en la rada y estaba expuestito a toda suerte de enfrentamientos. Del tuyo o del mío, pero si no tenías la sangre de vivir de corazón al desafío, no lo disfrutarías por más que busques tu valor. no lo encontrarás Si no nace contigo, pensaba, me marcho y así olvido pronto esta sed de aventura que siempre me acompañó desde muy pequeño.

      El cielo responde a la aurora, sientes que la brisa anuncia un nuevo día, un nuevo despertar, el amor quizás te espere, quizá quiere un día porque la soñaste estrechándola a tu pecho diciéndote que te amaba. Pero infunde tu coraza que no la encontrarás, que otros duendes la habrán de enamorar. Su respuesta fue ser el amigo eterno pero tú destruirás la razón que te incomoda y que te hiere porque jamás renunciarás a tu sentir.

      Más el destino, el vaivén inconcluso de la humanidad, te dio el adiós a la respuesta necesaria y te embarcarse para otras tierras conquistar. Y la fantasía se enamora y huye de su rutina, de sus castillos inexpugnables del silencio. No parecía ser así por la forma de mirar, por la voz quebrada de alguien que supo amar. Pero las hadas del bosque imaginario prefieren vivir en paz en su etéreo mundo del misterio y su inquebrantable voluntad.

       Te embarcaste en un barco cargado de cañones, acaso para enfrentar alguna novedad y viviste con una dotación de piratas en cubierta que no sabían escribir su nombre ni mucho menos los móldales contemplar. El Capitán del armatoste te miró con recelo pero tú, hambriento de olvidar te fuiste por los siete mares y a saber si ibas a regresar. Pero tu ánimo pronto y tu calidez hicieron llevadera la travesía entre los curtidos marineros y la amistad desplegada entre sus disímiles temperamentos.

    Admirados de tu valentía, se fraguó un combate en alta mar y fue la oportunidad de mostrar lo mucho que aprendiste en tu vida sin paz A diestra y siniestra lo hombres cayeron, tú perdiste para de ti y a pesar de todo tu aliento y tu humanidad dispuesta, convertiste todo en casi una hermandad. Vino tinto después de la victoria, orondo tú entre la algarabía y las botijas, los manjares de la vida marina no se hicieron esperar, Habían burlado nuevamente a la muerte obstinada en triunfar.

    Soñó en silencio pero sin palabras mirando al cielo y quién sabe, quiso verte de nuevo pero el día que partiste ni siquiera se inmutó por tu partida habida cuenta que se enteró un año después. Sus antiguos pretendientes de barba y de galones, se habían marchado y algunos murieron en batalla. Decidió entonces recorrer sola todas noches el puerto, entender quizá los motivos del mar y la atracción que este infundía en la mente y la voluntad de los hombres hasta el punto de dejar todo por sus idéales. Más por fortuna, ella nunca obtuvo respuesta…

  Habían pasado algunos años y una mañana muy fría, el vigía avistó tierra firme. Los marineros se agolparon en la proa y así las cosas, sonrió con sorpresa en el timonel, el viejo Gaspar. Regresaban a Puerto Escondido, pronto el Capitán confirmó el regreso a los curiosos. Saliste de tu camarote y divisaste a lo lejos los navíos del viejo insigne que muchos años sirvió de despensa a los habitantes del lugar. Algo pareció haber cambiado porque ya se hablaba de un proyecto militar.

  Pero tus ojos divisaban a medida que tu barco se acercaba, una silueta, un sueño imposible de concebirlo, un recuento del pasado que se hacía notorio si no ignorabas a propósito lo que mirabas. Rarísimo, tú ya habías cambiado con los años. No obstante, eran seguramente las luces y las sombras, lo veraz o los cuentos. Pero ahí estaba y fuera de si te preguntaste muy sorprendido ¿Sería la imaginación una realidad?

Roque Puell López – Lavalle

 



domingo, 25 de mayo de 2025

Sin estar muertos

 

        Vi que su memoria será una luz que se extingue en mi universo. Sus palabras que se pregonaron justas en el viñedo, hoy yacerán rotas en el fondo del mar porque la marea que juega con el vaivén de los pensamientos, no tendrá sustento para continuar ¡Ah la naturaleza! Por eso entonces, el oleaje que es incierto, es el que causará a todas luces, una tormenta. Quizás será la que atrae un torbellino de ventiscas y de aguas frías, ni idea. Más creo yo, que así nacerían esos guijarros brillosos de sus palabras cariñosas y vacilantes.      

      Pero el recuerdo de la hazaña por la fuerza del encuentro, la tuvo el oscuro cielo y el vano resplandor de su corazón. Surgieron las preguntas y las sentencias, un fulgor de razonamientos sin sentido inundaron el desván de sus secretos. Sin embargo, una lágrima henchida corre por los surcos del tiempo y de la vida del sugerido trovador. Una música inspirada por un niño triste, es cantada pfofundamente en la plaza y caló en los huesos de los que la oyeron, pero ellos tuvieron sus dudas preguntándose si su amor era honesto o...

No hubo cabida para el descanso del alma toda vez que se encontraba en continua agitación. Para ese entonces, existió un rotundo no para la paz que quiso reinar. Pareciera que fuera un estorbo en el silencio del gigante embravecido que quiso desterrar las mentiras de una mala intención. No existieron las causas del amigo sino la traición del indebido que siguió los pasos de uns ninfa falsa que a todos engañó.

Por eso sé que los ojos que miraron solo el espejismo de un arco iris en un atardecer sin sol, ahora experimentan el banquete de un simple relato de  esperanza y de felicidad para un mejor mañana. De repente a lo lejos escuchó el trinar solitario de un  pequeño ruiseñor o podría ser el graznido de un mentecato usurpador. Pero no, fue la melodía de los que murieron, pero sin estar muertos...

Roque Puell López-Lavalle




Entre tanto

            A otra tumba llevas las flores recién cortadas, hija de las circunstancias, a otros duendecillos compartirás el aroma de tus des...