sábado, 25 de mayo de 2024

Caminante

 

En plena lluvia torrencial que  me abrazaba, la trocha en el monte tupido, era mi infeliz sendero para llegar al pueblo pero entre el barro y el viento o con el oscuro cielo, los relámpagos sí se hacían truenos. Era vano era tratar de guarecerme aquella vez pues el agua llenaba mis viejas botas y mi carga al hombro, siempre pesaba mucho más. ¿Acaso pues, no lo podía imaginar?

Mi machete dizque afilado, era poco lo que me podía servir, solo era para abrirme paso si lo quería o tal vez, si es que quería sobrevivir. Pero marcha sobre marcha, ya no podía volver. Maravillado a disgusto por la muy agreste naturaleza, yo vi a una víbora hermosa de colores, apurada, recorrer el magro camino conmigo. Tan cerca de mi andaba, que parecía mi inseparable compañera porque los dos huíamos juntos siendo enemigos por el insufrible lodazal que ahora nos contemplaba.

Sin embargo, cómo será la vida en estas tierras peligrosas, que cada uno de nosotros tomaba distancia el uno del otro.  Ella siempre demostraba el afán del cómo escapar y yo preocupado en ese momento por su tal indiferencia, me limitaba nada más que a observar. No era el susto que me embargaba, porque al fin y al cabo, sabía que todo podía suceder. Era mejor entonces, no mirar atrás. 

De tanto caminar en tanto relajo y sentieme tan fino, por fin llegué sano y salvo a mi lugar. Y así, la vida misma en esos afanes, me dio una lección: Que si tú quieres vivir hoy en este mundo hostil, debes estar en paz con todos los hombres, tanto sea con tu amigo y también con el desconocido. Pues sabio será el quien resuelve muy bien en la encrucijada sin mucha payasada y en cualquier peculiar destino, aun sea al lado mismo, de tu implacable enemigo...

Roque Puell López - Lavalle

                                    


viernes, 24 de mayo de 2024

Como el Señor de los cielos nos enseñó

El cielo está oscuro, es de color azul índigo así como el misterioso manto que lo envuelve pero el fenómeno que experimento es tan inmenso, que es ya media noche y se siente el silencio que reina alrededor. Aunque no está la luna de otros días, hoy solamente escucho que mi corazón se estremece y entonces ahora inspirado, puedo escribir...

En las alturas donde me encuentro, el aire frío invade mis pensamientos, hiela mis deseos pero no dejo de pensar en ti ¿Qué harás ahora a pesar que las tormentas del cielo me impiden verte? O quizá me pregunte ahora ¿Cómo es que la distancia puede usar a los nubarrones que en estos momentos nos separa cada vez más? No sé la respuesta pero pienso que estás en lo profundo de mi ser y tengo la esperanza de verte aun cuando te sueñe en la luna de Noviembre...

Busco entre las estrellas del cielo, tu rostro, luego entre las luces del cielo, la figura que extraño y en las estrellas tus ojos porque ante ellos expresaría todo lo que mi pasión enciende, lo que mi amor te jura, pero que ahora debe permanecer callado. No quiero que me veas como el advenedizo que quiere arrancar tus sentimientos, porque me gustaría ser como el fiero guerrero que toma una quebrada sin contemplar la emoción del miedo, ni tampoco los rezos de un labriego...

Así amanezco entre las cúspides de mi montaña, donde el cóndor real hoy vuela orgulloso, cubriendo el paisaje inmenso con su mirada y entonces, solo me cuestiono: ¿Será que el tiempo hace crecer mi intranquilidad? No lo sé la verdad, solamente presiento que los vientos no tienen influencia en mi razón porque entre nosotros existen lazos estrechos que nada ni nadie nos podrá separar...

Pero no quisiera que estuvieran reflejados en ellos los colores del arco iris como los de un amigo, el que quisieras olvidar sin un atisbo de esperanza, sino que me gustaría ser como la estela de un cometa, aquella que le mostraría a propios y extraños, que te amo y así solazarme íntegro en tus pechos tan generosos. Entonces, al pasar el tiempo, al darte mi amor entre las historias de mi pueblo, quisiera que todos nos recuerden alegremente como el rey y la princesa...

¿Qué tonto soy verdad? Además quiero que se enseñe a otros que no existe amor más grande del que uno pueda dar y recibir, de amar y ser amado. Que no sea lo nuestro como la mejor estrella con que nacimos, sino que se sepa a todas luces, que fuera, como el Señor de los cielos nos enseñó...

Roque Puell López - Lavalle


jueves, 23 de mayo de 2024

Vigilia


Vigilia de la noche, hoy me perteneces al encontrarte nuevamente queriendo buscar al Autor del cielo para hablarle porque en la soledad en que me encuentro, me es propicio y porque de alguna manera tú me escuchas todo lo que siento. Me das la paz para ordenar mis pensamientos y me regalas tu silencio para poder llorar contigo pero no sabes el consuelo que descubro para saber que no estoy durmiendo...

Tu frío intenso es mi cómplice, lo siento mío como si fuera una verdad absoluta. Lo sigo, lo intuyo, lo encuentro al fin y soy como él, indiferente y orgulloso. Es que quiero reinar como me enseña y quiero vestirme como lo miro, un témpano elegante. Me envías el viento fuerte, impetuoso, para abrigar mi alma y  y cubrir mis temores con su fuerza, tal vez así pueda extrañar mis sueños presentes o recordar mis tiempos perdidos. Me regalas la lluvia temprana y persistente para humedecer mi rostro marchito por los años, dejando huellas en sus surcos generosos y así no perder la ilusión que estoy contigo.

Tú que haces pasar las horas interminables, los minutos largos, eternos, para tenerme despierto sabiendo que soy solo un peregrino y que pronto tendré una respuesta. ¡Feliz de haberte conocido! Tu rostro me ha confortado grandemente porque hablé con el Eterno y le dije que la lluvia, el frío, el viento, fueron los compañeros de respuestas interminables que tanto había anhelado.

Y si hay algo importante ahora, es que no me diste el tiempo necesario ni el cuidado para celebrar mis encuentros más preciados. Pero como sé que hoy estoy de amanecida, estoy muy agradecido por tu presencia y con aquella tan especial que me acompaña. ¿Será tal vez que hoy no es un día cualquiera?

Roque Puell López - Lavalle


miércoles, 22 de mayo de 2024

Llegaste


Llegaste a mí sin pensarlo, tal vez cuando estabas escondida o tal vez no, pero ahora recién te reconozco porque escucho que tu voz me suena extraña, pero a la vez es atrayente, pausada, con un bello significado de poder y señorío. 

Tu música dulce está tocando mis fibras, mi alma, mi deseo de saber más cómo eres. Solo te contemplo en el sonido profundo de una zampoña y de una quena triste pero siento que tiene una melodía maravillosa que me muestra tu belleza, tus luchas, tu cuerpo encarnado en la indomable cordillera, en ese aire enrarecido que me muestra tu vida, tu corazón y tu gente.

El cielo me hace ver tus ojos celestes, adornados con el blanco de tus nubes que te presentan regia y majestuosa. ¿Qué escondes en tu regazo? Tal vez sencillez o una paz en tus tus parajes, no lo sé. ¿Quizá sea el intenso frío en el lago más profundo? Dímelo tú. Pero yo sé que en las alturas también se encuentra un corazón, un alma de niño y una amistad que ya no se recuerda.

Sin embargo, pronto llegará el día que nos veamos y me recibirás con los brazos abiertos y yo te daré un cálido beso. Acaso me daré cuenta que estoy enamorado de la nieve y la escarcha de tus montañas que me contemplan o será tu alma pura que ahora me emociona...

Roque Puell López - Lavalle

domingo, 19 de mayo de 2024

Porque mis ojos te contemplan

 


Las campanas de una iglesia, sonaron por la tarde y parecían detenerse en el tiempo. Ellas provenían de un lugar de mucha historia, quizá fue fundida en los comienzos del siglo pasado. El eco de su tañido se escuchaba a pesar de la distancia y ahora me llamaba la atención porque yo estaba en cama guardando salud y el sueño que pretendía llevarme al limbo me abordaba a cada momento. Sin embargo, el dolor de mi cuerpo me detiene y no deja que prosiga mis deseos de escucharlas. El sabor amargo que bebí del remedio no me deja en paz, los continuos dolores adormecidos son los que ahora salen libertinos e indeseados para recordarme que necesito descanso.

Pero no me trae abajo el que mi pensamiento esté preso porque entonces me libero porque en ello no da tregua mi esperanza que al final es más fuerte que la compañía que detesto. Anhelo las caricias que están lejos, aquellas que ignoran la quietud de un abrazo o las miradas que recuerdan el inicio de un singular pasado. Entonces la vida, si se veía plena y el beso no tenía cabida para terminar en algo más que palabras. ¡Qué recuerdos!

Pero ahora que estoy solo, me alimento de historias figuradas, encuentro lo que pienso porque es real mi sentimiento que a todas luces, es una verdad. Toco con mis ojos a las flores y arrebato en mi mano su alma. Las cuido queriendo así que no se vayan nunca y me sería imposible no querer amarlas. La fortaleza de mi alma me conmueve y me alegra su existencia. Lo que pueda venir no me amilana pero no sé todavía, por cuánto tiempo.

No se me puede acabar el mundo porque parte de la vida es sufrir sin motivos, querer sin que te quieran y esperar ingenuo, que la muerte te lo notifique. Mejor hubiera sido vivir con las armas del caballero andante, así entonces, nuestras locuras tendrían algún noble ideal y así mostrar a todos, el orgullo triunfante. Pero no es así, considero que esos relatos solo se encuentra en los libros de mitos y leyendas pero aún respiras, en la tierra de los vivientes…

Pienso en Dios, no lo veo y solo sé que está conmigo, es suficiente ahora para mí que Él me entienda. Hay cuánta razón cuando dice que el alma que espera en lo que Él dice, no será defraudada y aun cuando tus fuerzas te hagan pisar el hogar de los invisibles, Él estaría muy feliz en recibirte. Sin embargo, ahora siento que las campanas ya no se escuchan, el sueño de otros tiempos ya ha terminado. Mi alma sigue volando, no tiene el final de mis historias burdas que durante mucho tiempo quedaron en silencio. Tal vez porque ya no estoy en el mundo de los vivos o será que en mi desvarío, mis ojos todavía te contemplan... 

Roque Puell López -Lavalle



viernes, 17 de mayo de 2024

Y llegará el tiempo



Y llegará el tiempo cuando estemos juntos otra vez, en una ciudad cualquiera, en un bar, en un día acordado pero en un mundo aparte para poder continuar lo que tanto se había tardado. Hablaremos como antaño, como si la distancia fuera nada, como si las palabras fueran nuevas y las gracias declaradas sean olvidadas.

Nunca hubo recuerdo como antes, tanto sentimiento que no buscara lo suyo para fundirse en un solo corazón. Apacibles serán nuestros sueños sin importar el tiempo, tuyas serán las melodías recordadas y míos serán los combates sin importarnos nada. Verás pronto que tal vez en nuestro romance, las malas artes y las lenguas malhabladas no cesarán de buscarnos.

Mi corazón será el tuyo y tu voluntad más consecuente estará conmigo. Juntos haremos el amor, será por aquellas cumbres montañosas y luego llegaremos por el horizonte rojizo para terminar en los mares. Tus susurros entonces llegarán a agradarme porque mi ánimo será el tuyo y tu vida entera será mi gran inspiración.

Aunque mi bandera sea roja y tus colores sean como el azul del cielo, contaremos las estrellas y no habrá esos matices para descifrarlas. Los amores se llevan en el alma y el cariño se graba en el corazón, pero si compartimos juntos el universo, celebraríamos que todo sería nuestro. Entonces sé que ahora, volvería a nacer una y otra vez, ¡Grandes serían las vivencias que habríamos de merecer!

Y llegaría el tiempo entonces donde juntos deberemos reinar, uno para el otro sería la manera de amar. Tus miradas y sonrisas, tus secretos y caricias, esa flor hermosa que contemplo, ¡Yo sé ahora que son tus sentimientos! Tus manos llenas de perfume, cubierta de alhajas que te lucen y el alma tuya que desborda de amor, me hacen encontrar lo que siento, es un gigante para este contendor.

Y viviendo el instante cuando nacen las flores y disfrutando alegre el ocaso de un atardecer, vengo descubriendo en mi interior, el gran portento de mi querer. Que muera mi melancolía entonces y mis recuerdos sin resolver, yo quiero que estés conmigo para siempre y nunca desfallecer.

Si las montañas me acompañan y el volcán dormido se despertara, serían testigos de nuestro vuelo colosal. Tomados de la mano y abrazados con un beso, nunca debemos olvidar que llegará el momento en que estemos juntos otra vez, en una ciudad cualquiera, en un día impensado, en un mundo aparte, no lo sé pero será pronto mujer, para nunca regresar…

Roque Puell López - Lavalle


miércoles, 8 de mayo de 2024

El tremendo Juez


Todos los edificios de las grandes ciudades, tienen su historia, increíbles anécdotas y sus cuitas. Ninguno escapa a los caprichos del destino, sean estos buenos, malos y de repente inolvidables. Vivía a fines de los años setenta, un personaje peculiar que fue famoso porque antaño se pensó que esta edificación sería un Hotel de cinco estrellas pero la idea se desvaneció por los continuos problemas familiares que se formaban alrededor de ésta construcción.

En el quinto piso, vivía un hombre serio que nos llamaba la atención. Era entrado en años, de buen porte, de tez blanca y bien vestido. Supimos que era un letrado, Abogado en su juventud, terminó siendo un Juez del Poder Judicial. Pero, lo increíble era que tenía la costumbre de sentarse en una silla vieja para leer su periódico o cuánta literatura pusiera en sus manos en medio del patio, saliendo del ascensor pero todas las noches. Entonces, ¿Cuál era lo raro?

Pues, ¡Lo hacía en pijama y pantuflas! Una pulcritud a carta cabal, mirándolo de cuerpo entero. Un pijama de rayas azules algo desgastada pero bien planchada con un polo blanco que fungía de camiseta. A veces se presentaba con calzoncillos largos de lana, aquellos antiguos que algunos más jóvenes no podrían diferenciar. Sus pantuflas estaban bien cuidadas y lustradas como si fueran un par zapatos para salir a la calle. Pocas veces lo vimos con su terno azul caminando a paso lento, felizmente había ascensor. Su carácter era de un hombre culto, conversador y algo malgeniado, ya que también pudo regañar a un amigo que cantaba con su guitarra un piso más arriba donde él vivía. Mi madre encandilada con él pues como ella trabajó también en el Poder Judicial, tenían mucho tema de conversación.

Muchos en el edificio se reían de él, lo creían loco pues estaba desde las 9 pm hasta pasadas las 11 y era una costumbre graciosa verlo todos los días. Había vívido en el edificio Olchese del Centro Histórico e imagino q tendría miles de anécdotas que contar como alguna vez lo hizo, hablando del diario El Comercio, de los Miró Quesada y de la Lima que se fue. Según él, era una ciudad donde se podía vivir cómodamente. Mis amigos y yo teníamos las opiniones divididas pero siempre terminaban con nuestra aprobación de simpatía a un señor tan especial.

Pero todo esto no duró mucho en realidad. Pasó un corto tiempo y el “Tremendo Juez”, no era visto como todos los días. Estará enfermo –decíamos- otros especulaban diciendo que había salido de viaje o que tal vez lo visitaron los nietos. Eso no era probable pues se sabía que era un hombre solitario, no vivía nadie con él. Hasta que luego de algunas semanas, un olor fétido salía de su departamento. Los vecinos lo encontraron desnudo, muerto en su tina del baño con un serio corte en la garganta de la que sangró profusamente y luego morir sin ninguna atención. Se comprobó que no le robaron nada puesto que los que llegaron a entrar, vieron que todo parecía estar en orden. Entonces, se tejió la versión de una venganza. ¿De quién? Nunca se supo…

Roque Puell López Lavalle


martes, 7 de mayo de 2024

¿Vamos al mar?

 

Deseo mostrarte la vida mirando el mar, decirte qué especial es el cielo, qué hermoso es el horizonte, no importa el tiempo, es otra la vida, otro es el mundo, otras son las emociones. Ven pronto, acompáñame ahora…

¿Vamos al mar?

La pasión por la vida no necesita edificarse si existe por dentro ¿No dices que la amas? Amala como ella te enseña que ella es, no como tú quieres que sea ni como tú creas que deba de ser. Déjate llevar por el viento, deja que el mar te guíe, con él puedes hablar y con el viento cantar… ¿Lo sabías?

En el mar podrás entenderás la grandeza del universo y sus estrellas sin nombre, pero no sueñes con las nebulosas, inspírate en los nobles propósitos porque sin ellos; sólo son nada, pero encumbrados en la realidad, tienen vida interior y contentamiento...

¿Vamos al mar?

Cuán grandiosa es una travesía cuando sabes que no termina, cuán profunda es cuando tus sentimientos vuelven a amar otra vez. Pero es más hermosa cuando te dejas llevar por las estrellas. Pero si no las hubiera, por el camino de tu Creador seguirías, estoy seguro.

¿Vamos al mar?

Escucha el ruido estrepitoso de las olas rompiendo la roca, el encrespar de ellas y el sonido profundo cuando se estrellan en la orilla. Siente la brisa que nos invade y el aire frío que sopla tu rostro.

Escucha también la tormenta, la furia de su fuerza, el encuentro de la lluvia golpeando la barca, el lloro del cielo, que vive intensamente. Nos hace saber que somos pequeños al poder disfrutar el sol que brilla, cuando se calma el gigante.

Encuentra la voz de tu conciencia, recupera tu fuerza, mira el futuro diferente, ama, llora, renuncia a la rutina del desgaste. Vive la esperanza con la inmensidad que contemplas y que anhelas. Esa vivencia te espera y lucha con una pasión tan grande para que pueda golpear las puertas de tu corazón y seasdespués, un ser diferente…

¿Vamos al mar?

No te arrepentirás…

Roque Puell López- Lavalle


miércoles, 1 de mayo de 2024

Amigo de blanco



Bancos de azul, verde y blanco, se mueven en todas direcciones. Comienza el día en la casa grande. Las lecturas, la atención, el afán, el resultado, es el diario vivir que se comparte. Todos se emocionan cuando la vida y la muerte se abrazan. Los doctores y las enfermeras son generosos en un solo momento prodigando sentimiento y esperanza. ¿Qué más se podría encontrar?

Hoy quiero honrarte amigo de blanco que con tu humor, lo malo parece bueno y como padre severo también nos centras con la verdad. También quiero honrar a mi ángel que cuidó de mí. Que no solo fueron sus palabras sino un sentimiento muy inusual. La vida de blanco Dra. chiquilla, es muy dura, pero que con tu candidez y tus sonrisas, pudiste quitarle al viejo lobo, una lágrima que queda, una sonrisa en el recuerdo

Roque Puell López - Lavalle




Juego de palabras

 


Tan igual como un villano, vino a mi casa un necesitado, un sin techo acongojado que de oídas había sabido que yo era el don con quien debía hablar. Al terminar aquella tarde se presentó solícito y descarado, con un discurso intencionado: “Necesito un jardín de entrada, un sitio de esparcimiento, quizá el suyo sea un bonito lugar, mis hijos y familia no tienen descanso, ni su cabeza donde cobijar. Al contrato me someto, dónde hay que estampar la rúbrica, el adelanto se lo entrego, pero tenemos que arrendar”.

La ingenuidad  te acumula deudas cuando no hay sabiduría, la inexperiencia te premia cuando menos piensas, a lo mejor en ese momento es tu cultura convertida en ciencia para así decirle no a la necedad manifiesta. Si hubiese sabido las mañas del hombre cauto, por nada hubiera tranzado pero me ganó su pinta de honrado y su fingido teatro lo vivía intenso, como un maestro consagrado. Firmamos un contrato de buenos augurios para las partes, prometió las mil maravillas sin fin, pero nada más falso se vio en los meses siguientes cuando no tardó en sus obligaciones infringir.

El engreído no quiso salir de casa cuando se le enfrentó lo que debía. Siempre respondió con una queja, con un no y con algo menos que un juramento. “No tienes que cumplir lo que prometes si tampoco lo han hecho contigo” me explicó sin más trámite el entendido Abogado. Armas al ristre decidí entonces, poner al susodicho a derecho. Ya no tenía dudas. Entre papeles y firmas del notificante, se le venía la noche al pobre ignorante.

Busqué ayuda entre los amigos, llamé a los más cercanos, a los que creí que eran mis hermanos pero los encontré timoratos, faltos de palabra y siempre ingratos.  Pero la perseverancia al fin te sonríe y hallé al fin a dos que tenían un sentido, una vida fugaz, un camino tan dispar. Y así, uno por la ventana y el otro por el tejado, cumplieron su tarea más preciada. La salida feliz de sus cacharros puso fin a la obra terminada.

Aunque su venganza se vio reflejada en un inoportuno encuentro, el acusado cayó en desgracia, en no recuperar jamás su causa, porque el condenado que no tiene derecho tampoco tiene esperanza. "El hombre que es bueno, es libre de ataduras aunque sea un esclavo, pero el hombre que es malo es un esclavo de sus pasiones aunque sea libre", dijo un escritor. 

Roque Puell López - Lavalle



Entre tanto

            A otra tumba llevas las flores recién cortadas, hija de las circunstancias, a otros duendecillos compartirás el aroma de tus des...